09.La primera cita...esperen, ¿tiene una mejor amiga?

-¿Seré la única que termina realmente satisfecha?- se preguntaba Elisa en la ducha, -A pesar de “todo” no vi mucha satisfacción en su rostro…- Sacudió la cabeza. –En fin, el lunes al parecer empiezan los días festivos, no puedo esperar a ver qué tipo de cosas celebran en este lugar-

-Creo que la lastime demasiado…- Rebecca se decía en voz baja mientras se vestía –es como si le estuviera devolviendo mi dolor del pasado en dolor físico- vio hacia abajo –De todas formas en los días festivos estaré ocupada supervisando las actividades hasta el baile…- las primeras semanas casi no tenían tarea ni nada de eso, es como si hubiera aprovechado el acostarse con ella y con las demás mientras no tenia deberes pendientes.

Se hacía más de noche y ambas fueron a dormir.


La mañana del domingo, Rebecca seguía durmiendo cuando Elisa ya estaba casi lista para salir e ir a su cita, rogaba por no despertarla y poder salir inadvertida.

Cerró la puerta tras ella con mucho cuidado y se alejaba a pasos largos pero silenciosos, ya estaba a una distancia que se podría considerar segura cuando comenzó a correr, no quería llegar tarde aunque aun era temprano, solo quería estar lejos de su habitación pero cuando recordó no se había puesto el collar de tela.

-Recuerdo haberlo agarrado antes de irme…- se dice tocándose la herida para enseguida buscar en su bolsa, era pequeña pero llevaba lo necesario incluyendo el collar, busco el baño para asegurarse de que tapara la herida.

-Así estará bien, aparte del maquillaje tiene esto, espero no lo note- salió a prisa para el jardín, ahora si se le estaba haciendo tarde. Normalizo el ritmo unos centímetros antes para no estar agitada cuando observo que Darius la saludaba, su corazón empezó a latir rápidamente de felicidad y también devolvió el saludo. Ambos se sonrieron.

-Que linda te vez-

-Gracias…, tu siempre tan apuesto- devolviendo el cumplido

-No tienes porque agradecer- fingiendo modestia. -¿Nos vamos?- extendiendo su mano la cual Elisa sostuvo algo nerviosa, al estar juntos y agarrados de la mano se pusieron en marcha a la estación del tren, solo de viernes a domingo los dejaban salir fuera, más allá de lo que quedaba cerca del colegio.

“Que nervios la primera cita y fuera…” Elisa solo moría de felicidad internamente, ya que su apariencia solo era de estar solo feliz. Darius rompió el silencio.

-¿Dónde te gustaría ir?-

-Donde me lleves estará bien para mí-

-Espero te siente bien dar un paseo por el lugar y si deseas las tiendas- para un chico rico como él, el abastecerla de cosas no era problema alguno.

Habían pasado ya unas horas cuando pasaron alado de una tienda que atrajo la atención de Elisa, fue inevitable para ella voltear e ir.

-Qué lindo…- decía mientras veía por fuera de la vitrina una pulsera la cual tenía un corazón con alas, decía “L.O.V.E”.

-¿Lo…, vallamos por un helado- dice Darius

-Ah, claro- tomándolo de la mano

-Por pura curiosidad…¿sabes qué tipo de cosas le gustan a Rebecca?- esa pregunta cambio bruscamente el estado de ánimo de Elisa.

-¿Para qué?- dijo en un tono frio

-Escuche que se acerca el baile y soy el tipo de personas que da presentes a sus amigos cercanos- en verdad que no era muy cercano a ella, ella no había querido. Solo una excusa que pareciera creíble.

-Creo que las joyas…y ropa, la he visto usar siempre calcetas largas- Darius noto el cambio de actitud y actuó rápido.

-Bueno, ten, pide el helado que quieras, tengo que ir por algo- Elisa pensó que al menos le preguntaría que le gustaba y mejor fue a sentarse.

Después de eso el paseo no fue lo mismo.



-Bueno llegamos, fue divertido- intentaba sonar convincente

-¿Sabes? falta algo en ti-

-¿Ah?- en ese momento vio como saco una pequeña bolsa de regalo.

-Póntelo- Elisa aun no veía que era pero fuera lo que fuera lo usaría. Abrió la bolsa y era la pulsera que había visto antes en aquella tienda.

-¡Muchas gracias! Yo…no sé cómo agradecerte- poniéndosela

-Solo bésame- se acerco a ella para darle el beso de despedida. Se despidieron y ambos fueron a sus habitaciones.

En el camino de Darius…

-Perfecto, al menos ya se que le gustan las calcetas largas y la música clásica, Mozart…-

En el camino de Elisa…

“Qué bonito” era todo lo que pensaba al ver la pulsera una y otra vez con una gran sonrisa que no se fijaba en su camino.

-¿Regalo del novio?- Iris estaba con las manos detrás de la nuca mientras caminaba alado de ella

-Emmm!- no sabía que responder. Solo pidió de favor que no mencionara nada por Rebecca, se ahorro explicaciones ya que Iris no las necesita.

-Me gustaría que pudiéramos salir también…algún día-

-Creo que no podremos…-

-¿Por qué? No creo que tu novio se enoje- veía al techo mientras hablaba

-He escuchado que ahora nosotros también ayudamos a los preparativos de esta semana de fiesta y creo que habrá un baile o algo así-

-Baile…¿han dicho el tema?-

-Eh…no, supongo lo dirán un día antes para no darle ventaja en vestimenta a los demás- no noto el cambio repentino de tema, aunque después del regalo era difícil que notara algo más.

-Espero no sea de gala, odio los vestidos- cruzo los brazos

-Te has de ver bonita en uno- Elisa comenzó a jugar con sus dedos después de aquella frase, Iris se sonrojo pero intento disimularlo.

-Tu…te has de…ver mejor- tartamudeando

-No tengo vestidos…tal vez no valla-

-Ya veo y si tuvieras ¿Cómo te gustaría?- Iris en verdad agradecía que estuviera distraída su compañera, podía hacerle preguntas sin dar explicaciones.

-De color morado, con una flor gris en la cintura el cual este en una cinta de tela transparente color morado que se amarre en la cintura, sin escote…o si lo tiene muy poco, ¡ah! Pero eso solo ocurriría en mis sueños- agitando la mano al ver que se puso a fantasear demasiado.

Llegaron a la habitación de Iris primero, ya que esta antes que la de los terceros semestres. Se adelanto y alzo la mano dando la espalda, volteo y dijo: “Hasta luego” de tal modo que al voltear su cabellera se moviera de una manera encantadora.

-Hasta…luego…- ya había notado que era bonita pero ahora lo notaba más, era como ver a una chica con el encanto de un chico. Tal vez lo que sentía era admiración desde la vez que la observo vencer a las chicas de la otra vez sin intenciones de herirlas simplemente de salir de ese predicamento.

-Me gustaría saber qué tipo de evento le tocara realizar a mi clase- era ese tipo de festivales en el que cada salón organizaba un evento diferente, casa embrujada, un café, juegos, carreras y de más. A unos les tocaría los dos primeros días y a los otros, otros dos mientras que el viernes lo ocuparían para el baile.



-Que emoción, hoy veremos que nos toco- Elisa intentaba hacer una plática normal con Rebecca.

-¿Qué en tu escuela no hacían esto?- preguntaba mientras se cepillaba el cabello.

-Sí pero, acá hay más para poder hacerlo mejor y estoy ansiosa por ver- ella estaba guardando sus cuadernos y asegurándose de no olvidar nada para las clases.

-Es cierto que son de mejor calidad pero depende del líder y el empeño del grupo, con tu entusiasmo de seguro lo harán bien-

-Espero nos toque algo divertido-

-Espero te diviertas con lo que te toque- una risita se escucho, ¿planeaba algo?

-¿Acaso sabes que me tocara?-

-No, solamente espero que te diviertas- levantándose de la silla, luciendo su hermoso cabello bien peinado, dirigiéndose a la pequeña. –Cualquier cosa que necesites para lo que te toque, abisme- besando su frente.

-S…si- nunca había visto el lado “amable” de su ama. Ambas salieron de la habitación para ir a clases y escuchar que le tocaría organizar a su clase.



-Si supiera que soy yo quien impone las actividades a cada clase…- riendo un poco, se encontró con una amiga de clase con la cual fue, Rebecca era otra cuando tocaban las festividades ya que ella era la encargada de supervisar junto con los presidentes de cada clase.



-Solo me falta elegir el tema del baile…- le decía a su amiga, tal vez para escuchar sugerencias.

-Ya se ha hecho casi de todo…- respondía su amiga

-¿Qué fue lo primero que se hizo?-

-Un baile de gala, pero antes era muy común eso-

-¿Crees que atraiga un baile de gala?-

-Quizá…moderniza un poco el tema- dice chasqueando los dedos

-¿Baile de gala con mascaras?- era todo lo que se le ocurría añadir para que no se perdiera la escancia de ese tipo de baile.

-Eso lo hace misterioso, ¡buena idea!-

-Tú lo has dicho, ese será pero no lo reveles- una mirada amenazadora poso en su amiga

-Tendrás que convencerme para mi silencio- rodeando su brazo con el de ella, pegándosele y sonriendo, -¿Qué tal si me convences como cuando íbamos en primero?- ella era la mejor amiga de Rebecca, la conoció desde que entro a la preparatoria y la conoció antes de que la mayoría supiera que era la hija del director, eso hacia una amistad sin interés. A su lado Rebecca parecía una chica linda y cariñosa, no el verdadero monstruo sexual y sin compasión que en verdad es.

-Hay Erika, tu no cambias- pegándose igual a ella para entrar al aula, era una costumbre siempre ir agarradas de la mano o con los brazos entrelazados. Ella era la primera persona a la que Rebecca en verdad veía como una persona a la cual no había intentado violar.

08.Una perrita hambrienta de su ama bipolar

-¿Cómo vas con ella?- una voz masculina se escucha en la habitación al ver que Darius entraba.

-Todo va de maravilla- en un tono orgulloso responde.

-¿Tanto la amas?- su compañero de habitación preguntaba en un tono neutro.

-Claro…en esto del amor no importa el medio para obtenerlo pero si al final se tiene habrás ganado, y en mi caso así va-

-Jugar con eso no te llevara a nada bueno…-

-No estoy jugando, la amo tanto que por eso lo hago-

-Espero no termine mal todo eso…-

-Se tratar a las damas, no acabara mal-

-Espero te creas lo que dices-

-Tu confía y veras que la chica me amara como yo a ella- y finalizo su conversación para seguir con otros temas mientras Darius enviaba el mensaje de donde y a qué hora se vería mañana con Elisa, como era de esperarse Iris estaba escuchando y se quedo algo confundida pero era obvio que dijo que amaba mucho a Elisa, tal vez le tenga preparado algo y por eso fue aquella platica, aparte con solo estar con ella siendo de una clase baja ya era una contradicción a sus principios pero si no le haría daño estaba bien, dejaría que anduviera con él pero eso no significaba que lo dejaría de observar.


-Espero la ames tanto como dices o como entendí…- cruzada de brazos y yendo hacia cualquier otro lado que no fuera cerca de esa habitación, Iris divagaba en sus pensamientos mientras se alejaba.

-Esto no significa que te la dejare, también la quiero y quien la conquiste más se la quedara como has dicho “no importa el medio pero si la tienes al final habrás ganado” aunque eso implique despojarla de tus brazos-


Mientras tanto en el salón de química, no solo Iris era la confundida en esos momentos…


La pequeña observaba confundida los ingredientes que su ama había sacado.

Por último saco dos copas de cristal en las cuales comenzó a servir vino, le dio una copa y ordeno que la tomara toda; había terminado de beber el vino de la copa cuando Rebecca le indico con el dedo que se acercará un poco y sin previo aviso vertió su copa entre sus pechos, dejando que cayera por su cuerpo. Bajo del sillón. Inclinándose frente a ella para beber de su cuerpo; el vino estaba frio que Elisa no pudo evitar temblar un poco al sentirlo recorrer de entre sus pechos a su demás cuerpo.

-No está de más decir que tu sabor es…embriagante- decía suavemente mientras tomaba aquel liquido rojo mientras Elisa solo tenía cerrados los ojos con fuerza y sentía como su cuerpo se iba calentando a causa del éxtasis del momento.

-Insisto en que tu cuerpo tiene un sabor peculiar, me pregunto si como postre tendrás ese toque de sabor inocente-

Su víctima se encontraba sentada en el suelo, temblando un poco aun ya que por el ambiente frio no le favorecía estar mojada de vino. Rebecca la recostó y ordeno que cerrara los ojos, como era de esperar no opuso ninguna resistencia ni tampoco hizo pregunta alguna para obedecer, cuando la mayor comenzó a cubrir sus pechos y parte de su abdomen con crema batida y para hacerlo más “divertido” puso una fresa en cada pecho mientras las cubría con un poco de chocolate al igual que cubrió del frió jarabe de chocolate su cuello, ahora ya estaba lista para disfrutar de su postre.


La menor seguía sin abrir los ojos, solo sentía los ingredientes en su cuerpo de los cuales solo pudo identificar el chocolate por su olor.

-Puedes abrir los ojos si lo deseas-

No se imaginaba ser un postre humano en cuanto alcanzo a ver lo demás que tenía en el cuerpo pero seguía un poco confundida pero en cuanto comenzó a lamer lentamente desde su abdomen para arriba comprendió que iba ser “su postre”. Subió hasta llegar a sus pechos y quitar de una menara sexy las fresas, perfectamente sentada e inclinada frente a la pequeña comenzó a lamer la crema batida de sus pechos, en verdad lo estaba disfrutando, era la primera persona con la que decidió hacer eso. Elisa solo sentía la tensión de esperar cuando acabara, el sentir el frio chocolate caer lentamente por su cuerpo y las mordidas que Rebecca le daba dejando un poco rojos sus pechos; se acerco a su cuello para lamer el chocolate mezclado de inocencia, pareciera que la despojaba de su inocencia a lamidas. De nuevo queriendo marcar su cuerpo mordió con mayor intensidad que la vez anterior cuando solo le dejo una pequeña marca, la estaba lastimando demasiado que Elisa no puedo evitar dar un sonoro quejido de dolor pero Rebecca pareciera que no le intereso y persistió un poco más hasta sentir su cálida sangre estar en su lengua y labios, separándose satisfecha relamiendo sus labios manchados de chocolate y pequeñas manchas de sangre, la pequeña se llevo la mano al cuello y retrayendo su cuerpo tratando de contener las lagrimas.


-Si quieres llorar, llora, no me incomoda- cruelmente e indiferente su ama al decir aquello pero el escuchar eso contuvo mas aquellas ganas de llorar que comenzó a convertir el simple dolor en un dolor placentero, estaba adaptando su cuerpo a sentir placer en vez de dolor al recibir ese tipo de trato, tenía que hacerlo si Rebecca seguía lastimándola.


Aun con la mano en el cuello volvió a su posición de antes y su ama comenzó a probar todas aquellas partes que no había probado aun, todo lugar donde el chocolate y la crema batida hubieran llegado pero su víctima ahora solo sentía aquello como cosa de nada, el dolor de la mordida cesaba lentamente.


Al acabar de saborear se limpio la boca con la mano mientras veía impotente a su mascota, recostada de nuevo con el cuerpo en posición fetal mojada de diferentes fluidos.


-Ese es el aspecto que debes de tener, al fin y al cabo…solo eres mi mascota, la única que importa que mantenga una buena apariencia soy yo- relamiendo sus labios nuevamente. Elisa no le dirigía la mirada, una lágrima había salido.


-¡Obsérvame!- tiro de la correa y observo sus lágrimas

-No llores- beso sus lagrimas y la abrazo, confundiendo más a la pequeña, primero había sido la peor de las tiranas ¿y ahora esto? Definitivamente estaba empezando a pensar que Rebecca era bipolar o algo por el estilo, ahora si tenía que usar el collar de tela como la otra vez para cubrir la herida o marca que le dejara aquello, sería muy inoportuno que Darius lo viera justo en su primera cita, al pensar en eso recordó que esperaba un mensaje de él, tal vez ya habría llegado pero tenía que checarlo en un lugar donde Rebecca no la viera.


-Es solo una marca de que eres solo mía pequeña perrita- acariciaba su cabello esperando a que cesaran sus lagrimas.

-¿Será así hasta que me gradué?-

-No lo sé, por ahora las cosas son así- para ahorrarse el responder más preguntas la besó. Antes de culminar aquel beso, Elisa besó el cuello de su ama por inercia, esta se dejo, no afectaba en nada que su niña quisiera más placer, le encantaba ser deseada por sus víctimas, después de todo se lo había dicho anteriormente.

-Ama…deseo tocarla, déjeme tocarla- sorprendió un poco a la otra con aquella petición pero acepto, la pequeña lujuriosa besaba su cuello, lamia y metió la mano dentro de su blusa para masajear sus pechos.

-Tócame más pequeña…tócame- gemía Rebecca abrazada a su cuerpo. No era necesario que le dijera que la tocara mas, esta lo haría de todas formas, bajo la falda de Rebecca y tocaba su intimidad por sobre la ropa interior haciendo que su ama gimiera por más y pegándola más a su cuerpo.

-¿Qué esperas?, hazlo ya- jadeando cerca del oído de la pequeña para que la penetra con los dedos. Empezó a penetrar rápidamente con dos dedos, su intimidad estaba muy mojada que era fácil, continuo con 3 mientras observaba la cara de completo éxtasis de Rebecca, esa imagen la excitaba más, la mojaba más de lo que ya estaba y era demasiado, no pudo evitar masturbarse al igual que como le hacía a ella. Solo sus labios estaban juntos, se besaban con tanta pasión, una pasión sin amor, ambas lo sabían.


-Ya…casi…más rápido- obedeciendo sin queja alguna como siempre acelero pero su compañera la subió al mueble para quitar su mano y empezar a estimularla con la de ella, ambas tocándose y besándose, pareciera que se amaran, ambas sabían donde le gustaba a cada quien hasta que llegaron al clímax y acabaron en sus manos.

-No te conocía esa habilidad con las manos- respirando agitadamente y sin recibir respuesta, Elisa solo se levanto de encima del cuerpo de su compañera y lamio sus dedos.

-Sus fluidos son exquisitos- era la primera frase que hacia ruborizar a Rebecca por parte de un juguete suyo. -¿Desea más, mi ama?- se le hacía raro que no le pidiera tocarla y que solo le hubiera dado caricias a ella, con eso lo había “compensado”.

-No sé si pueda más- agarrada de su mano, antes de ordenar el salir se le ocurrió bañar su intimidad en chocolate -¿quieres postre perrita?- abriendo sus piernas ante su rostro, ruborizo a la otra, haciendo como si no le gustaba hacer “aquello”.


-Se que deseas mi intimidad y más con un sabor dulce- la respuesta fue una perrita sexual hambrienta lamiendo el chocolate de su sexo.

-Mmmh~♥- Rebecca disfrutaba como nunca, con la mano entre los finos cabellos de su mascota, la cual lamia ¿felizmente? su “postre”.


-¡Ahí, ahí!- indicaba en cuanto lamio la parte más sensible de su intimidad.

“Delicioso…en verdad, exquisito” era todo lo que pensaba Elisa en ese momento, que hasta olvido que tenia novio, no esperaba el momento en el que se viniera en ella. Realmente se estaba volviendo adicta a ese sabor “exótico” que solo una mujer puede tener.


-Creo que me… ¡me…vengo!- enterró mas su mano entre los cabellos. Termino en el rostro de la pequeña, relamió sus labios y mantuvo su distancia.

-Eres estupenda, no sé de donde aprendes todo esto- levantándose del sillón, indicando que era hora de irse. Ambas se empezaron a vestir para salir del aula.


Elisa en el fondo no sufría tanto como aparentaba, le gustaba tocar el cuerpo de su lujuriosa ama, los celos que sentía eran hacia las manos y labios de las pequeñas, que podían tocarla y besarla. Elisa agarro un gusto extraño a tocar su cuerpo desde la primera vez que lo hicieron en la bodega. El de Rebecca ha sido el único cuerpo que ha tocado y probado, le bastaría con probar otro cuerpo para comprobar que simplemente le gusta tocar, no le importa quien sea, ella quiere tocar y besar un hermoso cuerpo de piel blanca que esté totalmente a su merced o el ser tocada por finas manos femeninas, solo una mujer sabe mejor como hacer sentir bien a otra…


Esta vez hasta tuvo que pedir el poder tocarla y fue más dolor del que imagino, aun así trataría de no ser tan sumisa a sus órdenes, puede que descubra que no sufre tanto como Rebecca lo piensa, piense lo que piense así está bien.


En la habitación Rebecca estaba en la ducha, lo cual le dio oportunidad a Elisa de checar su celular, ya tenía el mensaje.


“Te veo en el jardín a las 11 a.m, no importa cuánto tardes en llegar, esperare lo que sea necesario. Te amo”


Solo porque no podía responder no lo hizo, abrazo el celular y espero a que su compañera saliera para bañarse e ir a dormir para esperar su cita el día de mañana.


-Dejo una marca notable- viendo su cuello en el espejo, -espero si lo tape el collar…- lo acaricio y siguió esperando.

07.La practica es mejor que la teoría

La mejor semana de Elisa estaba finalizando y como en todas las tardes Rebecca estaba en la cama con una pequeña diferente a la de los demás días; no le tomo importancia y fue a refugiarse en los brazos de Darius, después de todo ella quiso tenerlo para olvidar lo que Rebecca hacia.


Cada beso entre ellos era con una extraña pasión, la pasión no surgía del momento si no de las ganas que tenían ambos de desahogarse y por lo tanto sentían que no eran del todo sinceros en sus caricias, ignoraron ese sentimiento para seguir pero sin llegar a más de lo normal, todo hasta que Darius paro para hacer una pregunta.


-¿Estás libre mañana?- tomándola de la mano para dar un paseo por los pasillos

-Para ti siempre- esbozando una gran sonrisa, como si fuera la primera desde su noviazgo.

-Perfecto, ¿quisieras salir mañana?-

-¡¡Por supuesto!!- muy emocionada ya que su primera cita formal al fin había llegado, tanta emoción olvido preguntar los detalles que cuando se dio cuenta ya estaban yendo al jardín el cual estaba cubierto por el tono del atardecer, hacia un hermoso panorama para los enamorados.

-Quisiera seguir gozando de tu cuerpo pero necesito hacer algunas cosas pequeña-

La pequeña que se encontraba entre las sabanas de la gran cama de Rebecca no tuvo más opción que sonreír y salir de la habitación dejando a Rebecca que se puso a guardar algunas cosas que la chica no logro distinguir.


Rebecca se aseguraba de no olvidar nada para seguidamente salir e ir a la oficina de su padre; asegurándose de que nadie le siguiera ni viera fue que entro, tomo las llaves del salón de química y salió. Ese salón no era muy usado por esas fechas, que ni los intendentes se molestaban en ir a limpiar pero por esa ocasión Rebecca ordeno que limpiaran y no dejaran nada frágil fuera, todo guardado en la bodega.

-Listo, solo me queda esperar a saber si mi mensaje fue recibido con éxito- sentándose en un sillón que también había mandando a llevar en la mañana pero por una ruta especial para no levantar sospechas por si habían estudiantes en los pasillos.



-¿Eres Azard?- pregunta un chico el cual se acerco al reconocer que ella era la chica de la fotografía que le habían enseñado

-Si...soy yo- se sentía segura al estar con su novio

-¿Podríamos hablar un momento?- sabia que el mensaje solo debía ser recibido por ella y nadie más

-¿No se lo puedes decir aquí?- pregunta Darius para parecer interesando en que no se la lleve

-Descuida, estaremos en las bancas de por allá- apuntando al par de bancas que estaban cerca de ellos, no podría escuchar pero si ver por si intenta hacerle algo, ambos quedaron convencidos y Elisa fue a las bancas con aquel chico desconocido. La plática comenzó y el fue sin rodeos, le explico porque no le podía decir esto en presencia de Darius y por quien había sido enviado, al escuchar eso a Elisa se le erizo la piel pero mantuvo la calma.


-Así que tienes que ir al laboratorio de química a las 8:00p.m de hoy, es todo- el chico se levanto de la banca para irse

-Espera ¿sabes al menos para qué?- algo angustiada

-En verdad no, solo me dijo que te dijera y por cierto, el chico con el que estabas no se debe enterar, hasta luego- se fue, se alejaba, no habían más preguntas que responder no había nada más que debieran hablar. Volvió con Darius para pasar su último rato junto antes de las 7:10 p.m de hoy, ya que a esa hora los chicos deben de estar en su zona y las chicas en la de ellas, no se les podían ver juntos después de esa hora. No le dijo nada sobre el tema como le había dicho el chico.

Se hacía tarde y era hora de que se separaran.

-En la noche te diré con exactitud los planes de mañana-

-¿Cómo?- ella no tenía celular

-Con esto- le entrega una caja envuelta como regalo, ansiosa lo abre y era un celular, ¿regalo de una semana de novios?

-No era necesario… ¡gracias!- estaba muy feliz por el regalo y más por quien se lo daba, le agradeció con un beso, el cual fue también el de despedida. Ambos iban a sus dormitorios o al menos Darius iba al suyo… Elisa tenía que ir al salón de química pero antes tendría que guardar el regalo de su amado para que Rebecca no lo viera y si lo ve, diría que sus padres se lo enviaron pero lo vería después, no hoy. Fue a la habitación para dejarlo. Estaba en camino al aula de química, algo temerosa pero no podía evitar ir, sus estudios dependían de complacer a su ama.


Llego al laboratorio, 7:58 p.m o eso marcaba el reloj que estaba cerca de ahí, le quedaban dos minutos para pensar y prepararse pero decidió entrar, entre más rápido terminara mejor o simplemente alargaría dos minutos más lo que Rebecca hiciera con ella o lo que hicieran.

Se dejo de inseguridades y entro en el aula, las luces se encontraban apagadas.


-Ya era hora- Una fina voz dice desde el fondo –puedes prender la luz si quieres…-

Prendió la luz y siguió parada en el mismo lugar, no pensaba acercarse a menos de que se lo pidiera.

-¿No piensas moverte?- Rebecca se encontraba cruzada de piernas con una pierna encima de la otra y su cabeza apoyada en el brazo que estaba en la pierna. La chica no respondió, cualquier cosa que dijese podría ser usada en contra de ella. Los segundos de silencio transcurrían y la tensión se acumulaba en la menor, no soporto alargar más de lo necesario aquello y se acerco a su ama la cual sonrió al ver que iba lentamente a ella sin que se lo hubiera ordenado.


-Así me gusta- una pausa para que llegara y le indico con el dedo que se acercara, obedeció. Saco de la parte trasera del sillón un collar rosa de cuero con correa en el cual colgaba una placa en forma de corazón, la placa tenía grabada las iniciales “E.Az” (Elisa Azard); No sabía que a mi ama le gustara el sadomasoquismo, pensó en cuanto sintió que le ponían el collar en el cuello.


-Te vez hermosa con ese collar- Decía en un tono de suspiro mientras sostenía la correa –mi pequeña perrita~- revolvió su cabello al final de la oración.

–Ladra- el cambio de tono sorprendió a Elisa, primero estaba maravillada observándola con el collar y ahora es como si nunca hubiera ocurrido.

-…- no pensaba que lo dijera en serio así que no ladro.

-¿No me has escuchado? Ladra- iban en serio sus palabras.

-B…bwar…bwarf!…- los nervios se apoderaban de ella, nunca pensó terminar haciendo algo tan ridículo.

-Que linda, ahora quítate los zapatos y la blusa- como toda una buena mascota obedeció a su ama, no era la primera vez que vería su cuerpo desnudo.

-Bien, quítate la falda y ponte a gatas frente a mi- ruborizada obedeció y fue cuando noto que la luz del aula era baja, lo necesario para ver dentro pero no para iluminar todo que daba un efecto anaranjado rojizo en la habitación.


-Que niña tan buena- volvió a revolver su cabello –ahora pídeme que te mime- la cara de la pequeña le dejo en claro que no entendía a que se refería; -Ingéniatelas para pedirme mimos- acariciaba su fino cabello oscuro esperando a que su mascota ideara algo.

-Emm…- estaba pensando a qué tipo de mimos, si ahora era “su mascota” debía de pedirlos como una. Apoyo sus manos a los costados de su ama y levanto la mirada –acarícieme, por favor-

Se le hizo algo muy lindo a Rebecca, no pudo evitar sonreír y abrazarla haciendo que esta subiera al sillón quedando sentada en las piernas de ella, le dio un beso en la mejilla, de lo cual por haber pedido bien que la mimara bajo a su cuello, dando pequeños besos y lamidas. Elisa solo tenía rodeado el cuello de su ama con los ojos cerrados y su respiración se iba agitando más y más a causa de contener los quejidos.


-Te traje a esta aula porque aprenderemos anatomía- decía mientras jugaba con la espalda de su compañera.

-¿Aprender anatomía?-

-Si~ pero odio la teoría…prefiero la practica-sentenciando dio una mordida fugaz a su cuello mientras desabrochaba el sostén de Elisa, el cual quito con delicadeza. Sus pechos quedaban a la altura de su rostro lo cual le facilito el empezar a lamerlos. Jugaba con ellos realmente, no soporto y empezó a darles pequeñas mordidas junto con besos. La intención de eso era marcar su cuerpo.


-Me encantan tus pechos, son tan lindos con ese color tan claro que enrojece cuando muerdo-

Elisa, aferrada a la larga cabellera castaña de su ama queriendo evitar jadear ya que cada vez le gustaba más esa sensación de dolor, “se siente tan bien…”.


-Se que lo estas gozando- dice jalando la correa para que sus rostros quedaran frente a frente, un método algo doloroso e inesperado por parte de la pequeña. Beso ferozmente sus labios, no tendría caso oponerse así que su compañera coopero. La otra bajaba lentamente por su espalda hasta su ropa interior, fue bajándola poco a poco pero no se la quito solamente la bajo un poco. Entre tanta excitación Rebecca comenzó a desabotonarse la camisa. Se la quito y ordeno a su mascota que se bajara. De nuevo la tenía a gatas frente a ella, pensaba que le podría ordenar. No dijo nada y tiro de la correa nuevamente dejando a Elisa entre sus piernas.


-Tú has de estar disfrutando más que yo, no me has prendido casi nada, haz que me excite sin tocar mi entrepierna- Era algo difícil, si intentaba subir a sus pechos sabia que tiraría de la correa para alejarla, mientras pensaba que podría hacer bajaba la falda de su ama.

Torpemente comenzó a besar sus piernas, hacia un recorrido por cada parte; cambio los besos por lamidas junto con una mirada seductora que aparentaba estar gozando el momento. Cuando estuvo cerca de su entrepierna noto por encima de su ropa interior que estaba más mojado que cuando comenzó. Aprovecho para besar cerca de ahí, no estaba exactamente en su sexo pero la cercanía excitaba a su ama.


-Valla, no sé de dónde has aprendido a hacer eso pero has mejorado- jalando la correa para que se alejara. –Te mereces un premio por eso- empujo a Elisa para que callera de espaldas, aproximaba su pie hacia su entrepierna, instintivamente Elisa le dio paso. Rebecca comenzó a estimular su sexo con su pie por sobre la ropa interior, la pequeña solo se dejaba, retorcía un poco su cuerpo y cuando empezó a estimularla en el punto más sensible de su intimidad arqueo la espalda dejando escapar un leve gemido.


-Como veo, te ha gustado tu premio mi pequeña perrita- la menor solo bajo el rostro ruborizado esperando que eso fuera todo lo que le esperaba.

-Pasemos a la práctica experimental- de nuevo de la parte trasera saca algo, esta vez un bote de crema batida, una caja de fresas, vino y jarabe de chocolate.

-Are unos dulces y embriagantes experimentos con tu cuerpo, ¿será cierto que el cuerpo humano reacciona según el condimento que le pongan?- relamiendo sus labios y observando a su conejilla de indias. Su pequeña mascota no se imagina ni por un segundo lo que le espera.


Esa noche de sábado aun estaba iniciando en lo “bueno”, no podía acabar pues la clase aún esta comenzando…

06.Un novio como él es lo que me hacia falta

Acurrucada en el futon intentaba olvidar el hecho de que probablemente Rebecca siga estrenando “nuevos juguetes”

-Es normal que quiera seguir con su vida de viola niñas…solo han pasado 3 días... ¿tan inútil fui en esto?- Elisa solo era buena en los estudios, no se le daba ningún deporte ni habilidad más que de cocina, ser buena en el sexo ¿era mucho pedir? –Al menos ellas cubrían mis cuotas mientras yo disfruto de mi beca- pensando todo esto sería algo difícil que olvidara ese hecho.

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Rebecca tampoco podía dormir pensando y lamentando el también haberle dicho que no esa noche, deseaba dormir con ella, anteriormente solo en fantasías se imaginaba a su lado totalmente enamorada una de la otra –No me importa si ningún siente nada, quiero dormir contigo- tanto tiempo y dolor que le causo en el pasado que ya no sabía si era amor ó capricho, el querer llenar eso que siempre quiso vivir. –No me he cumplido con mi palabra, he sido suave con ella y las pequeñas de secundaria estarían cubriendo lo que ella debería hacer para mantener su beca…no debería meterme con las pequeñas…mientras no lo note todo irá perfecto- a esas pequeñas niñas las cuida la presidenta del tercer año, es muy admirada por la mayoría y parece que también le gusta “disfrutarlas” -Perderás seguidoras, lo siento-; seguía intentando encontrar la posición adecuada para dormir, -Creo que dejare descansar a mi muñeca preferida, lo necesitara para cuando llegue su momento…- rio en un tono malvado. Durmió. Había encontrado la solución a haber sido tan suave con su víctima, solo Rebecca sabe lo que le espera a Elisa en un par de días.



Los rayos del sol casi no entraban por las cortinas pero esa escasa luz de mañana fue suficiente para despertarla, Elisa se levanto.

-Se ha ido temprano hoy- al ver solo una cama deshecha la cual se puso a hacer pero estaba segura de no encontrarse sola, era imposible si su compañera no estaba.

-Deben ser alucinaciones mías- estirándose en busca de su toalla. Primera vez que se bañaba en esa habitación sin temer a que alguien entrara.

Así que duermes en el suelo y aun así arreglas la cama…Elisa no estaba sola, aquella persona llevaba viendo desde que Rebecca fue a clases; salió de la habitación sin hace ruido ni dejar evidencia de que estuvo ahí.

Las horas prosiguieron como siempre, ambas chicas en clases pero Elisa aun se sentía observada por la misma persona de esa mañana ¿Quién podría ser?, por más que vio a todas partes, confirmo que únicamente estaban sus compañeros de clases.

-Iris…- volteo a su lugar y estaba observando la ventana, sintió un alivio repentino pero no podía bajar la guardia en todo el día cuando anduviera sola.



Las clases terminaron, al menos las de ella pero temía un poco el regresar a la habitación sola.

-Hola- pudo decir levemente al acercársele

-Um…- regreso el saludo con la mano

-¿Me acompañarías a mi habitación?...-

-No sabía que tenías esas tendencias- rio al ver que había entendido a que se refería

-¡No!, nada de eso, es solo que no quiero regresar sola y eres la única a quien puedo pedírselo por ahora- ruborizada por el mal entendido

-De a cuerdo-

Regresaron juntas, todo el camino fue silencioso pero aun se sentía observada por la misma persona, los nervios la invadieron que no evito voltear bruscamente en busca de alguien que las estuviera siguiendo.

-No encontraras a la persona que buscas-

-..eh?- ¿y tu como sabes de esto? Extrañada dejo que hablara

-Sí, no hallaras a la persona que buscas…cuando le has pedido a esa persona que te acompañara-

El silencio se apodero del momento

-¿Por qué has estado observándome…tanto?-

-Curiosidad, me has parecido interesante, solo eso-

Elisa se quedo callada y pensativa ¿Cómo pudo ser ella? Siempre que la veía se encontraba haciendo otras cosas o observando la ventana…

-Tú no veías el exterior de la ventana si no…su reflejo- eso explicaba porque se sentía observada aun en ese momento, no tan directamente porque solo veía su reflejo.

-Exacto~ eres muy inteligente, no me sorprende que tengas una beca del todo completa-

-Uh eso…- su mirada se poso fugazmente a una esquina para luego volver a ver a Iris antes de que pasara algo más retomaron su camino, igual de silencioso pero algo incomodo para la más pequeña. Llegaron al fin, se despidieron y pidió que no volviera a “espiarla” de nuevo, como era de suponerse solo tuvo una sonrisa apenas visible como respuesta.

Al abrir la puerta sin siquiera estar en su interior volvió a cerrarla, no deseaba ver esa escenita. A juzgar por la voz era la misma chica de ayer, si estaban comenzando no podía volver hasta dentro de unas horas. Con aquel escalofrió que recorría su cuerpo decidió abandonar el lugar e ir a la biblioteca un rato.


-¿Por qué tan sola?- Darius se acerco a ella al verla en la biblioteca y sin un libro en la mesa

-Eh, por nada en especial- todo problema se le olvido al verlo

-¿Puedo hacerte compañía un rato?- con esa sonrisa que enloquecía a Elisa

-¡Claro!- sin dudarlo y con el corazón latiendo demasiado rápido que no sabía si podría soportarlo, el se acerco demasiado a ella lo cual la puso feliz.

-¿Recuerdas que dije que nos conoceríamos mejor alguna vez?- su acompañante asintió y fue que empezó su plática, conociéndose el uno al otro.

Para Elisa era el estar conociendo a un chico maravilloso pero para él, aun era un misterio porque su interés repentino en ella después de descubrir que vive con Rebecca. La pequeña no se imagina nada de lo que pudiera andar pasando por la mente de Darius, solo quería llegar a gustarle y así olvidarse con el de todo lo que le hiciera Rebecca.

El momento se iba poniendo cada vez más interesante, de preguntas simples pasaban a las más profundas e intimas, no había pregunta que ninguno hubiera respondido.

-Joven Edmond…¿tiene novia?- jugando con sus dedos por tal pregunta

-No- tomo la mano de Elisa –aun estoy esperando a la indicada- para después darle una sonrisa y acercársele más, la dejo perpleja ante aquella situación ¿Qué debería responder? ¿Por qué hacia aquello? ¿Acaso era que sus sentimientos iban a ser correspondidos?

-Ya veo- fue todo lo que pudo decir completamente nerviosa y agarrando con más fuerza la mano de Edmond

-¿Qué tipo de chica es la que…esperas?- tomo su otra mano y lo vio directo a los ojos

-Una que me haga sentir feliz simplemente con estar a su lado, que me busque por lo que soy y no por lo que tenga-

-Si te dijera que…- trago saliva y de nuevo sujeto fuertemente sus manos –me gustas por ser quien eres me… ¿aceptarías?-

Su respuesta fue algo que no espero, que la dejo inmóvil, sus sentidos no eran los mismos a su lado, desde que estaba acompañada de él no percibió que Iris seguía observándola.

-Así que tengo competencia, no me dejare vencer- Iris salió de la biblioteca después de presenciar aquella escena que le causo asco –No comprendo esa atracción que puedes sentir hacia un hombre-

Darius separo sus labios de los de Elisa

-Claro que te aceptaría, eres justo quien esperaba- para volver a besarla, esta vez ella correspondió. De un día para otro y en una tarde de preguntas consiguió al chico que quería.

¿Su suerte estaría mejorando o empeorando con aquello? A su parecer mejoraba pero para lo que le espera después de eso, aquello seria lo único bueno que pasaría.



La semana transcurría igual, Rebecca seguía acostados con niñas de secundaria pero Elisa se veía con Darius en esos ratos, momentos que no quería que llegaran a su fin nunca. Iris suponía que estaría con el así que en vez de observarla decidió espiarlo a él, no era normal que un chico como el se hiciera novio tan rápidamente de una chica como Elisa, los principios que siempre seguía eran que si buscaba a una novia debía de pertenecer a su misma clase social.

-Pobre de ti con que tengas planeado algo que pueda lastimarla- pensaba la chica rebelde detrás de una pared pero no ubicada en cualquier lugar si no un pasillo por el que Darius tenía que pasar para dirigirse a su habitación. Espiaba todo lo que hacía desde que es novio de su amada pero a diferencia de Elisa el no imagina ni por un instante el estar siendo observado y menos por una chica.
Si te gusta el yuri y más con lemon, romance y drama, deves seguir esta historia.


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