05.Los juguetes también siente celos

Termino de indagar en internet sobre aquella “extraña” chica.
-Extraña no es el termino apropiado…- cerrando la laptop frente a ella.

-Más bien…interesante- haciendo a un lado la laptop que el colegio le había dado, más no era de ella. Las horas pasaron; escribía las últimas palabras en el cuaderno cuando escucha que abren la puerta, instintivamente voltea, ni ella sabe el por qué, era obvio que se trataría de Rebecca y así fue.

-¿Haciendo tarea?- cerrando la puerta, dejando sus cosas y dirigiéndose a la cama.

-En realidad acabo de terminarla- cerrando libros y libretas, guardándolas por si su compañera usaría el escritorio.

-Que molesto… ¿sabes sobre química y geometría de tercer grado?-

-No mucho…-

-¿Sabrías hacer esto?- mostrándole los apuntes y las tareas que tenía que realizar, Elisa se quedo callada un momento analizando los problemas y respondió: -Si-

-Bien, hazlos, tengo asuntos “pendientes” que atender- arreglando su cabello como si estuviera en un comercial o pasarela –por cierto, hazla en el baño, esos asuntos serán acá y no sería muy oportuna tu presencia- apuntando al baño, dando a entender que ordenaba que fuera ahora a hacerla en ese lugar, la chica algo molesta y extrañada obedeció sin queja alguna, cuando ella cerró la puerta del baño escucho que tocaban la de la habitación.

-Creo que cerré justo a tiempo- pero ¿Por qué no la quería allá? –Me pregunto, que hacia la señorita antes de que viniera- tal vez su respuesta se resolvería ahora mismo, empezó a hacer la tarea de Rebecca pero sin dejar de escuchar lo que ocurría afuera, escuchaba la voz de una niña aparentemente pequeña o tal vez era que su voz era muy suave y aparentaba ser de alguien pequeño incluso menor a ella ¿sería una de secundaria? Podría ser ya que la escuela Edwidge es secundaria y preparatoria -¿Qué no está prohibido para los menores estar en nuestras instalaciones?- pensaba, se apresuro a resolver los problemas, eran sencillos, había estudiado cosas como esas en sus ratos libres en casa, quería acabar rápido para poner toda su atención en lo que ocurría afuera.


-Parece que si has venido después de todo- Rebecca estaba cruzándose de brazos frente a su “invitada”.

-Este…si…- tenía un uniforme diferente al de Rebecca, tal vez si era de secundaria o de otra escuela.

-Bien, ¿Qué es lo que querías decirme?- parece que Rebecca impone los lugares a los que deben de ir si es que quieren hablar con ella.

-Vera…yo...- estaba cada vez más nerviosa y veía hacia todos lados menos al frente –Usted me…gusta, desde que la vi en la ceremonia de bienvenida, se que aun soy de secundaria pero no me la he podido quitar de la mente, quisiera que mis sentimientos fueran correspond…- no pudo terminar al sentir que Rebecca tomo su mano y le susurro –todo lo que puedes llegar a ser de mi es: mi amante- besando a la niña en la mejilla, estaba apenada y nerviosa.

Elisa escucho aquello pero no sabía que ocurría, para su suerte había acabado con una tarea y faltaba geometría, podía esperar, puso los cuadernos encima de una pequeña mesa y se dispuso a escuchar, no escuchaba nada ¿habrían salido de la habitación? Pero antes de abrir un poco la puerta para comprobarlo escucho la suplica de la pequeña.

-No…suélteme por favor-

-De esto va ser mi amante pequeña-

-Pero esta es…-

-¿Tu primera vez?- recostando a la pobre chica en la cama

-Si…- tartamudeando y sonrojándose

-No te preocupes, procurare ser gentil contigo- besando su mejilla y poniendo una mirada que inmovilizo a su víctima, al parecer ya la había tranquilizado y comenzó con su “labor”.

Elisa seguía sin percatarse mucho de lo que hacían, varias partes no las había escuchado pero se daba una idea, cuando empezó a escuchar quejidos y demás supo lo que hacían, solo se separo de la puerta y fue a terminar lo que le hacía falta, no deseaba escuchar como su ama abusaba de una pequeña cegada por aquel amor que sentía.

-Pobre chica, junto a Rebecca perderá toda esa inocencia que percibía en su voz-

Pasaban los minutos, parecían eternos para Elisa, escuchando aquella tortura, de alguna forma se dio cuenta que la habían utilizado más de lo que creyó –Edwidge… ¿no te es suficiente utilizarme a mi cada que lo deseas?- hubo un leve sentimiento de ¿celos? En aquella oración pero si esa pequeña se convertía en su amante la salvaría de varias jornadas en las que su ama este deseosa.

Al cabo de una media hora, terminaron, la pobre niña no soporto demasiado.

-Cuando desees amor y cariño, puedes acudir a mi pequeña- no dijo nada, tomaba sus prendas rápidamente, -No acostumbro decir esto pero...si quieres alguien con quien hablar, también estaré para ti, pero solo para ti- le guiño el ojo y se pudo el dedo en los labios, indicándole que era un secreto aquel dato, la pequeña chica se vistió y antes de salir –fue maravilloso Rebecca, ¡le aprecio mucho!- dicho aquello salió corriendo de la habitación.

-Bien, puedes salir Elisa- Elisa salió con las libretas en los brazos.

-He terminado ¿Dónde las pongo?-

-En la mesa, veo que ahora sabes cuál es mi pasatiempo preferido-

-¿Violar niñas pequeñas?- mostrándose indiferente mientras arreglaba la mesa.

-Acaso estas ¿celosa?~- una risa juguetona se pudo distinguir, Rebecca se estaba divirtiendo

-No ¿Por qué habría de estarlo?- pero por dentro pensaba “Si tanto querías jugar con una niña ¿Por qué no jugaste conmigo como siempre?”

-No lo sé, pero no estés celosa, tú eres mi juguete preferido, solo que hoy decidí jugar con uno nuevo- la ponía más furiosa que la llamase juguete.

-¿Por qué te gustan tanto las niñas?-

-Porque son maravillosas, probar sus virginales cuerpos, sentir esa piel tan suave al igual que su dulce y delicado aroma, me encanta llenarme de su inocencia y a ellas de mi lujuria, despertar en ellas ese deseo sexual que no hubieran tenido hasta en un par de años más…- se levanto de la cama y acercándose a Elisa mientras seguía hablando –En ti desperté ese deseo, me llena saber que mis victimas ansían más aunque traten de esconderlo y sobre todo hacerlas crees miles de cosas con las pocas palabras que digo…- con aquello se refería a hacerlas creer que son especiales, no lo dijo para no perder tan rápido a su juguete preferido. Beso su mejilla y le agradeció por haber hecho su tarea.

-¿También duermo en el futon hoy?- cambiando de tema, no quería darle la razón en que había despertado ese deseo con ella ni de sus minúsculos celos.

-Si qui…por ahora si- iba a ofrecerle compartir la cama pero aun tenía que probar si aguantaría.

-Está bien- no se sentía de muchos ánimos, quería consuelo, solo era una amante de cama más en su lista y aquel trato tal vez solo era para hacerla sentir diferente y dejarse tocar pero ¿con quién buscaría ese consuelo? No conocía a nadie, solo a Darius. –Saldré, ¿se le ofrece algo antes de que me valla?-

-No, puedes irte- como si la estuviera corriendo pero era solo el tono de “ama a sirvienta”.

Elisa salió a dar un paseo, no le debería de importar que lo haga con otras pero le molestaba el hecho de no ser suficientemente útil para lo que se está forzando. Había llegado algo lejos, estaban a punto de dar el toque de queda pero no le importo, siguió caminando hasta llegar al jardín trasero, se recostó bajo un árbol a esperar que los maestros dejaran de checar las habitaciones y así volver sin tener problemas pero alguien más pensó como ella.

-Y yo que pensaba que eras una niña buena-

-¿Ah?- pensando que era una maestra volteo con miedo.

-No temas, soy yo- una pequeña sonrisa o intento de una fue la que le dio la persona.

-Pensaba que eras…no importa- volvió a recostarse en el árbol y dio un gran suspiro.

-Tu estado de ánimo y la oscuridad de este lugar hacen un buena combinación- no hubo respuesta -¿Qué haces saltándote el toque de queda?-

-Daba un paseo para pensar un poco y cuando me di cuenta ya estaba acá esperando el momento para regresar sin ser vista-

-¿Qué te ha pasado?-

-Nada, estupideces por las que me puse a pensar-

-Ningún pensamiento que te preocupe puede considerarse una estupidez-

-Pues esto lo es, nunca me sentí tan usada en mi vida como ahora- a Iris no le importaba no saber “el cuento completo” así que se limito a abrazar a Elisa, esta se sorprendió pero se dejo abrazar.

-No existe el que es usado solamente existe la persona que busca a otras que son capaces de hacer lo que no puede hacer solo- esas palabras por raras que sonaran consolaron a Elisa, Iris, a pesar de no saber lo que ocurría tuvo las palabras para poder calmar a su compañera.

-Deberías regresar-
-¿Qué hay de ti?-
-No te preocupes, nunca me han atrapado- dando a entender que siempre hacia aquello.

-Alado tuyo me siento…calmada- abrazándola con fuerza –Gracias, tienes razón, debo irme- sonriendo, se fue de regreso a la habitación de Rebecca. Iris nunca había consolado a nadie, solo lo hizo como agradeciendo lo de la última vez pero se quedo un poco sonrojada después de aquello, no se noto por la oscuridad y la luz de la luna no era suficiente para notarlo, regreso a su habitación, de tantas chicas que tenia cautivadas la única que le parecía interesante no estaba tras de ella, tal vez era por eso, porque no estaba como las demás, no era del montón.

-Me gusta que no seas como las demás, tal vez ella pueda ser mi persona especial…¿o tal vez no?…- cerró los ojos y entro a su habitación.

Por parte de Elisa entraba lentamente para no hacer ruido, se acomodo en su futon y antes de dormir atiende a la pregunta de su ama: -¿Dónde estabas?-

-Me perdí un poco de regreso, eso es todo-

-No te quiero fuera de esta habitación después del toque de queda- sentenciando la última orden del día y la noche.

-No volverá a ocurrir- “Y si ocurre are que no lo notes” si quería hacer más fuerte su relación con Iris tenía que saltarse el toque de queda, ya que en clases era raro que se hablaran, al menos tenía que tener a alguien de confianza en esa inmensa escuela.

No deseaba hacerlo de nuevo en verdad pero por mas que no lo aceptara estaba sintiendo celos de no ser la única persona con la que Rebecca “juega en la cama”.
Si te gusta el yuri y más con lemon, romance y drama, deves seguir esta historia.


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