04.Iris Blair debe ser un secreto para mi ama

Eran aproximadamente las 8 a.m, la hora a la que siempre despierta Rebecca, ya que sus clases empiezan a las 10 a.m.
Tallandose los ojos y bostezando se sienta en la cama y al ver un "bulto" a unos centímetros de su cama recuerda que Elisa ahora "viviría" en su cuarto, una sonrisa traviesa se dibuja en sus labios mientras se le acerca sigilosamente, se pone por detrás y susurrandole al oído "ya despierta",dándole un beso en la mejilla, como si con eso se fuera a despertar aunque solo recibió un "ummh~" por respuesta.

-Acaso...¿quieres que te despierte como mi niña mala que eres?- una risa juguetona acompaño el final de esa oración seguido de posar su mano en la pierna de la chica dormida, acariciándola lentamente de arriba a abajo.

-Que piel tan suave tienes...- aun susurrandole al oído, estaba a unos centímetros de su intimidad pero hizo lo más que pudo para abstenerse de tocarla. Elisa despertó.

-Buenos días...ama- desde que supo quien era tenia una necesidad de llamarla "ama"

-¿Como amaneciste pequeña?- acariciando sus cabellos oscuros con delicadeza, hacían un contraste muy fino a la luz del amanecer y la piel blanca de Rebecca.

-No hace falta preguntar por mi estado aunque si en verdad desea saber, dormí bien, gracias pero yo debería preguntar ¿que tal durmió?- sentándose en el futon y esbozando una gran sonrisa con los ojos entre cerrados por los escasos rayos de sol que entraban por las ventanas de la habitación.

-Que modesta...- bostezando -Pero dormí muy bien- acariciando la barbilla de Elisa con aires de superioridad y esa mirada de posesión que se podría confundir facilmente con una mirada coqueta.

-Me alegro...- tratando de mantener al compostura a como la estaba tratando, le molestaba un poco que la acariciase tanto de una manera que no sabia identificar, parecía dulce y delicada pero a la vez parecía quererla humillar con tales caricias y aquella mirada con una sonrisa de medio labio. -¿Va a clases tan temprano?-

-Si, ¿acaso te he despertado muy temprano a tu horario?- no era su intención despertarla si le faltaban varias horas para entrar, estaba consiente de que tena que mantener bien sus calificaciones para que pudiera seguir ahí con la excusa de que sus calificaciones eran el motivo de su beca completa, solo basta con que me complazca para que siga en este colegio pero se tiene que tener una buena excusa...pensaba Rebecca librándose de la culpa que sentía.

-De hecho...mi hora de entrada es a las 12-

-Valla, dos horas después de mi, bueno te da tiempo de arreglarte muy bien- responde Rebecca revolviendo el cabello de Elisa.

-No acostumbro arreglarme demasiado...- tenia un ojo cerrado y un rostro de niña pequeña en aquel momento.

-Yo te pondré linda el día de hoy, bañemonos~- un brillo lujurioso apareció en los ojos de Rebecca con el simple hecho de imaginarse el estar bañandose juntas.

-...- Elisa no sabia que responder, no sabia si eso era una orden o una "sugerencia" así que pensó un poco lo que respondería "Ella entra dentro de dos horas, no tiene mucho tiempo para hacer "cosas", creo que no pasara nada" -Esta bien- dijo esbozando una muy resplandeciente sonrisa, como si fuera la mejor de las ideas.

-¡Excelente!- Junto sus manos en un leve aplauso, viéndola con una sonrisa felina. Entrando en el baño y devistiéndose, Rebecca con toda la naturalidad del mundo mientras que Elisa con toda la pena, ya habían hecho "eso" y "aquello"~ pero estaba bajo el efecto de aquel afrodisiaco, actuaba por instinto y lo último que uso fue el razonamiento. Solo le faltaba la ropa interior.

-¿Piensas bañarte con ropa interior?- acercándose lentamente la otra chica ya completamente desnuda.

-Eeeh...yo...no...- ruborizandose al presentir que estaba justamente detrás de ella.

-¿Entonces? vamos, quitatelo- susurrando mientras acariciaba su espalda, estaba inmóvil por aquello pero empezó a quitarse el sostén, con un poco de miedo y muy lentamente por lo mismo.

-Veo que sigues tardando, tendré que ayudarte- rodeándola hasta llegar estar frente a ella, empezando a quitarle las bragas con la boca, Elisa se apresuro dejando caer el sostén para detener a Rebecca.

-Puedo hacerlo yo sola- tartamudeaba demasiado que sentía que no se le había entendido nada.

-Bien- Rebecca pensó dos veces su respuesta, una las llevaría al sexo y la otra simplemente a bañarse. Ambas en la ducha estaban totalmente calladas, ni la mirada se dirigían hasta que quisieron agarrar el jabón...al mismo tiempo sus manos se encontraron en un leve rose.

-Agarrelo, lo usare después- dice Elisa.

-No, usalo tú- Rebecca con un pequeño rubor en sus mejillas.

-Pero usted entra primero a clases...debería usarlo-

-Usemoslo las dos...- la cara de la otra fue de total confusión,¿como lo usarían las dos al mismo tiempo?; Rebecca se unto un poco del jabón en las manos y empezó a tocar los pechos de su acompañante.

-Esto no es necesario...- nuevamente tartamudeando al hablar, no recibió respuesta, la otra seguía "enjabonando" sus pechos hasta volverlos a mojar en el agua dejo de hacerlo.

-No puedo más...- cerro la llave de donde salia el agua para enseguida pegar su cuerpo con el de Elisa, en un abrazo. -Tu cuerpo es muy tentador- mordió su cuello con la intención de dejarle una marca visible aun con el uniforme puesto mientras empezó a estimularla. Elisa intento quitársela de encima pero todo lo que logro fue resbalarse y llevarse a Rebecca con sigo.

-Pequeña por mas que intentes no podras escapar, a fin de cuentas...haciendo esto es como costeas tu beca- lamia sus pechos ahora mientras aun penetraba su sexo con varios dedos, no era difícil, ya que estaba mojada por el agua y por su exitación.
Elisa estaba con la mirada hacia un lado y con un gesto de molestia y resignación. Rebecca por su lado disfrutaba probando cada rincón del cuerpo de su pequeña perra intelectual.

-Pídeme que siga- Rebecca paro todo lo que hacia esperando a que Elisa respondiera, ella solo se mantuvo callada.

-¿No piensas pedirlo? ¿no quieres más?- insitandola en un tono sensual, lamiendo sus dedos, los que tenían los fluidos de la pequeña, eso sonrojo y éxito más a Elisa, prefirió posar su mirada en el suelo.

-¿Acaso te éxito tanto que no puedes verme?- noto que evitaba verla -¡veme!- sin más tuvo que verla, aun callada, veía como se tocaba, Elisa no podría aguantar ver eso por mucho tiempo, sentía la necesidad de tocarse..."nunca menciono nada sobre no poder tocarme",así empezó a tocarse sorprendiendo demasiado a su ama.

-Prefieres complacerte tu sola...cuando desees algo más intenso, ya sabes que hacer- Rebecca solo observava, ella si podía controlarse; la pequeña acabo en sus manos, respiro agitadamente unos instantes y prosiguió, ya se había pasado más de lo que ella puede soportar concientemente sin efecto del afrodisiaco, su subconsciente la hizo decir "Toqueme hasta que suplique por más", eso debio quedar en sus pensamientos pero para su mala suerte lo dijo.

-Sabia que lo dirías- aunque fue un grito inconsciente, Elisa ya no sabia donde meterse cuando fue aprisionada por la mayor, la beso.

-Desearía poder cumplir con lo que me acabas de pedir pero, como has dicho, tengo menos tiempo que tu para estar lista e ir a clases- sonriendo y dirigiéndose de nuevo a la ducha. Elisa estaba acostada en el suelo, respirando agitadamente mientras se sentía estúpida por lo que dijo hace unos momentos, esto no se le podía hacer cosa de todos los días, se volvería una adicta al sexo lesbico y en consecuencia se haría lesbiana.

-Pero que estúpida he sido...- se dijo para ella misma en voz muy baja

-Creo que sera mejor bañarnos por separado, amenos que mi pequeña mascota desee bañarse conmigo-

-N...o, así esta bien- saliendo rápidamente del baño -¿como que tu mascota?- quejandose sentada en la alfombra, se había puesto sus bragas. -¿Que dirían mis padres si vieran que realmente me gane esa beca haciendo esto? siendo la...mascota...de alguien- odiaba decirse mascota, pero era la verdad, Rebecca le daba para su almuerzo, le dio donde estar y "jugaba" con ella.

-Ya puedes entrar- secándose el cabello con la toalla

-Gracias- sin verla entro en el baño, al salir Rebecca ya estaba de salida, había tardado por lo que parece.

-¿Ya se va a clases?- preguntaba acercándose a su ropa

-Si pero antes...quisiera que usaras esto desde ahora- dándole un collar de tela con un encaje muy fino el cual tenia pegado una flor hecha de tela de la cual colgaba una pequeña cruz.

-Quiero verte con el cada que te vea, por ahora, hasta luego- sin mas salio de la habitación.

-Solo esto me faltaba...un collar- viéndolo con rabia entre sus manos, no tuvo opción mas que ponérselo, aunque le convenía por ahora, taparía la mordida que le había hecho anteriormente.

-Al menos sirvió de algo- tumbándose en la cama viendo el techo, le faltaban dos horas y ella ya estaba lista, no tenia tarea pendiente así que empezó a escribir la carta que le enviaría a sus padres.


Queridos mamá y papá, ya ha pasado una semana desde el inicio de clases, no siento las clases muy difíciles, lo normal pero tampoco he hecho ningún amigo en mi clase, solo he conocido a uno de tercer semestre llamado Darius Edmond, pienso que es apuesto y educado, solo he hablado con él una vez.

Si se preguntan sobre mi, no me ha pasado nada, estoy bien de salud y todo eso.
Espero todos en casa se encuentren de bien, yo estoy de maravilla ¿adivinen qué? Me han dado la beca completa, al parecer creen en mis habilidades académicas para poder sobresalir en esta escuela ¿no es fantástico? Ah! Y tratare de conseguir un trabajo acá, siempre andan solicitando ayudantes en los clubes aparte pagan muy bien, no se preocupen por mandar dinero, mi compañera de habitación me invita el almuerzo mientras yo consigo dinero, si puedo les mandare algo, ya que son más de uno los que pienso hacer. Por cierto mi compañera es un poco molesta aunque puedo soportarla, no es de esas que haya necesidad de presentar.
Espero poder verlos pronto, una semana pero siento que he pasado más tiempo fuera de casa, la comida de acá no es lo mismo que la comida que haces mamá.


P.D Si pueden mándenme jarabe de chocolate, saben cómo lo amo y no hay por acá.
Los quiere,Elisa.

Doblando la hoja y metiéndola en el sobre, escribiendo los datos que debe de llevar.
-No puedo decirles que mi compañera me esta haciendo la vida imposible...tampoco que mantengo relaciones con ella por la beca...ni nada de aquello...en fin, más adelante se que valdrá la pena todo esto que estoy haciendo- murmurando mientras escribía; Se llevo media hora haciéndola y sobraba hora y media o mejor dicho una hora, su salón quedaba algo lejos, ya que se encontraba en el área de terceros semestres cuando ella era de primero.


Respiro hondo viendo al techo, guardando el sobre en su falda para llevarla al correo de la escuela antes de ir a clases. Se estaba desesperando, no podía estar relajada ni siquiera estar tranquila en aquella habitación, decidió que era mejor idea ir a entregar la carta y de ahí dar una vuelta. -Casi lo olvido- poniéndose el collar de fina tela que su ama le había ordenado usar, no se veía mal en su tono de piel, tomando en cuenta que era casi igual de clara como Rebecca y aparte combinaba con el color de su cabello.

De regreso para dar su paseo se encontró a Darius en el camino, el cual salia de clases.


-Ah...hola- moviendo la mano y sonriendo a lo lejos.

-Hola, buenos días- devolviéndole la sonrisa como todo un caballero.

-¿Ya has salido de clases?-

-Realmente solo tengo quince minutos libres- una risa nerviosa escapo de sus labios.

-¿Podemos hablar un rato?-

-Claro, para ti siempre estaré disponible aunque sea por unos minutos, lo estaré- Elisa se ruborizo, jugando con sus dedos indico que quería sentarse en las bancas que estaban a un lado de ellos. Hablaron casi los quince minutos que tenia Darius, sobre la escuela únicamente, por ahora no habia otro tema entre ellos.


-Creo que ya debes regresar- notaba que todos estaban entrando nuevamente al salón.

-Eso creo, espero luego podamos hablar y conocernos mejor, por ahora, hasta luego- tomando suavemente la mano de la chica para luego darle un dulce beso antes de ir a clases, se quedo parada tomando su propia mano, no podía creer que se hubiera despedido así, le había alegrado el día, -tal vez tenga oportunidad con el joven Edmond- caminando por los pasillos que dirigen a su salón, pensando en aquellos quince minutos que hablaron, aunque fuera de como se sentían en la escuela, ella había sentido casi que fue una declaración de amor por la parte de ambos y mas de el; cuando menos lo noto ya había llegado a su salón, busco el primer asiento no muy cerca ni muy lejos del profesor para enseguida ir, faltaba media hora para sus clases así que no habían muchos alumnos en el aula.

-Creo que daré un paseo...al baño- una risita juguetona acompaño su frase, como a medio camino escucho como alguien se aproximaba corriendo a donde se encontraba, instintivamente también hecho a correr hasta que se metió en el baño, parece que la otra persona pensó igual por que abrieron la puerta de golpe mientras una chica desesperada buscaba donde esconderse.

-Cualquiera que pregunte, di que no sabes de mi o que me fui a otro lugar- enseguida se fue a esconder en un cubículo del baño y efectivamente unas chicas entraron preguntando por ella, Elisa dijo que había salido y seguido de largo, las chicas salieron a seguir persiguiéndola, la otra salio del cubículo.

-Gracias-

-Por nada...- de todas formas no ganaba nada delatandola.

-¿Podrías ver si ya están lejos?- frotando su propio brazo, algo apenada la chica, Elisa solo asintió y se aseguro de que no anduvieran cerca -ya no están cerca o al menos no puedo verlas- indiferente y a punto de irse es retenida por la otra chica.

-¿De que clase eres?-

-1ro H-

-Vamos en el mismo salón...- al parecer no le ponía bien que estuviéramos en el mismo aula.

-Sera mejor que vallamos, es tarde- no quería involucrarme mucho con una "busca pleitos" o eso me pareció por lo de hace unos momentos; todo el camino fue en silencio, ninguna palabra por parte de ambas.

-Lindo collar- de la nada exclama la chica extraña.

-Gracias...al igual que el tuyo- no podía quedarse callada, aunque no lo quisiera tenia que agradecer, después de todo ese collar era señal de posición, el silencio surgió de nuevo ya que la chica no respondió, entraron al salón y sus clases comenzaron. Las horas pasaron y Elisa se quedo con las ganas de usar el baño, pidió permiso y para su mala suerte se encontró a las chicas que había engañado anteriormente.

-¡Tú! eres amiga de Iris ¿cierto? por eso la encubriste- decía una mientras la acorralaba.

-Seria muy probable, lleva un collar de tela al igual que ella, deberíamos sacarle todo lo que sabe- casi rodeada completamente.

-Iris no dejaría morir a una amiga nunca, si sabe que ella fue nuestra víctima de seguro se mostrara- de una manera amenazadora fue acorralada completamente en una esquina por la tercera chica, Elisa no sentía miedo del todo pero aun así, temía, se había involucrado en algo que no debía; fue interrogada, preguntas que no supo responder, a todo respondía "No conozco a Iris" o "No se nada sobre esto". Regreso al aula.

-¡Hey! por tu culpa ahora también estoy en la mira de esas chicas- replicando.


-...No era mi intención, descuida, de todas formas tenia pensado arreglar ese asunto hoy- tronando los dedos, seria con golpes.

-Pero antes ¿Te llamas Iris, cierto?-

-Si, Iris Blair- Diciendo esto se fue corriendo

-Me pregunto si...estará bien- de alguna forma le preocupaba que saliera muy herida, serian tres contra una -no debería importarme, no son mis problemas- tratando de disimular para ella misma que no le interesaba que le pasara, no la conocía de nada pero sentía que seria su culpa si no hacia nada, aunque sea cuidarla después de la pelea. Tras unas horas buscando llego a una parte del jardín donde casi nadie iba, ahí se encontraban, llego a tiempo, aun estaban hablando o eso creyó, cuando menos se dio cuenta los golpes empezaron, se escondió en unos arbustos para no ser vista pero seguir bien lo que pasaba, sorprendentemente la chica por la que estaba tan preocupada resulto ser una excelente peleadora.


-Sal- esto sorprendió demasiado a Elisa.

-¿Sabias que estaba acá?-

-Lo supe desde el principio- se limpiaba la sangre de la boca.

-¿Estas bien?-

-Si-

-¿Segura?-

-¿Por que haces tantas preguntas? ¿te importo?- demasiado fría e indiferente fuerón aquellas preguntas.

-No te conozco pero tampoco significa que no me pueda preocupar por ti, disculpa por incomodarte- acelerando el paso.

-Eh, espera, creo que debería darte las gracias por preocuparte pero no seria bueno que te involucres tanto conmigo- Elisa como niña curiosa no pudo resistir preguntar
-¿Por que?-

-Estarías expuesta a eso- apuntando al lugar donde había sido la pelea.

-Si me agradaras...no me importaría- en verdad le interesaba conocerla o ¿solamente para tener con quien estar en el aula?, Iris solo sonrió incrédula.

-Nos conoceremos en alguna hora libre- revolviendo el cabello de Elisa, como si fuera mayor que ella, aunque lo parecía -Por ahora, tengo que irme- antes de partir recordó que no sabia el nombre de la chica que se preocupo tanto por ella sin siquiera conocer mas que su nombre.

-Tu nombre- fue tan seria que parecía una orden decirlo.

-Elisa...Azard- No sabia si decirlo completo pero lo dijo.

-Bien...lo recordare- de nuevo se fue corriendo, no era una chica muy peculiar, tenia un aspecto algo varonil.

Iris Blair, una chica de cabello cortó muy lacio hasta el cuello y de color rojizo oscuro, ojos violetas por alguna razón; siempre usa una corbata mayormente de cuadros como la que llevaba aquel instante, botines, un collar de tela negro con encaje y una pequeña cadena colgando del lado izquierdo de esta, toda una rebelde con clase sin malas calificaciones con su propio club de fans.

Elisa se estaba metiendo en un territorio que no le convenía, tampoco le conviene a Rebecca que la deje relacionarse con Iris, después de todo aparte de busca pleitos con buen promedio a pesar de eso, era conocida por tener cautivadas a todas las chicas y algunos chicos de su club de fans, Elisa al parecer estaba empezando a formar parte de ese grupo...

Si se enamoraba de ella los planes de Rebecca se vendrían abajo y si Elisa se dejaba cautivar por los extraños encantos de Iris era probable que su ama se pusiera celosa haciéndole perder la beca.

-Solo me preocupe por que aquellas chicas tenían una mala pinta...no significa que me guste- anduvo investigando en los blogs de los alumnos y fue que se entero del club de fans

y de como una por una se había ido enamorando después de haber hablado con ella más de una vez.

03.Bienvenida... ¿bienvenida a qué?

-Ahgm…- se escuchaban apenas pequeños gemidos fuera de la habitación número 78.

-Tóqueme…más- Pareciera que para la pequeña el juego no había acabo aun; apenas llego y se costo en la cama recordando lo que había sucedido que cuando menos se dio cuenta se estaba tocando, esa era la primera vez que lo hacía pero ya no tenía muchas fuerzas para hacerlo como quería, necesitaba a su ama, necesitaba que la tocase hasta hacerla sentir dolor y placer.

-Creo que este deseo tan intenso es mi castigo por haber pecado- se quejaba mientras se tocaba, no estaba enamorada ni nada por el estilo, simplemente era una virgen que aun no deseaba terminaba de probar aquellas sensaciones.

Elisa dejo de tocarse al estar a punto de quitarse la ropa, respiro hondo y trataba de normalizar su respiración tan agitada, antes de que su compañera de habitación o alguien entrara.

Fue a la ducha para refrescar su mente y sobre todo su cuerpo pero por alguna extraña razón que hasta ella desconoce mientras se desvestía para entrar a la tina, ella no se sentía “sucia” ni mucho menos “usada”, tal vez fuera porque en verdad le gusto, tal vez porque ella domino la gran parte de todo gracias al afrodisiaco. Ya relajada en la tina con los ojos cerrados meditaba lo sucedido: había pasado una semana desde su llegada en aquella institución, debía comunicarse con su familia y había conseguido la beca completa que tanto ansiaba desde el instante en el que piso las instalaciones. Por un lado estaba ansiosa de decirles a sus padres que lo había conseguido pero por otro, no podía decirles que se la gano aceptando ser el juguete o mejor dicho la perra de la hija del director.

-Ya veré que les digo…- se decía mientras se sumergía un poco más en la tina, hasta que el agua le llegara a tapar un poco la boca. Hundió su cuerpo en el agua y su mente en pensamientos.
-Rebecca… ¿Dónde habré escuchado antes ese nombre?- pareciera que el momento de cuando convivieron paseo por su mente unos segundos para desvanecerse en aquel mismo instante. Era imposible estarla confundiendo o que solo lo sepa por la escuela, ya que no sabía que el director tuviera hijos y mucho menos que estudiaran en sus propias instituciones.

Termino su ducha de relajación para verificar que no le faltara meter nada más en sus maletas, aunque no le agradaba la idea ya se había metido en aquello como para arrepentirse ahora pero de algún modo una parte muy en el fondo de ella, deseaba que la mayor le tocara en aquella parte de nuevo pero esta vez no quería que acabara tan rápido, como era la primera vez que exponía su cuerpo a estímulos sexuales, no resistió mucho lo que llevo a que acabara rápidamente.

-Pero en qué cosas estoy pensando, yo vine a estudiar y superarme para sacar adelante a mi familia, no a soportar los caprichos de una adolecente pervertida- lamentablemente por más que se lo repitiera ahora estaba obligada a soportar los caprichos de aquella adolecente, solo esperaba que no fuera un impedimento para poder centrarse del todo o lo más que pudiera en los estudios.

-Espero no volver a tocarme en su nombre nunca más, ni yo misma se como llegue a eso…- analizando la situación, era algo ilógico que lo hiciera en el nombre de Rebecca si no sentía ni el más mínimo sentimiento de afecto hacia esta –tal vez fue porque estaba recordando aquello- intentaba explicarse el porqué deseo seguir estar a su lado, tal vez solo fue en ese momento que el afrodisiaco no se había ido totalmente de su cuerpo, ciertamente aún seguía algo caliente pero lo suficientemente bajo como para disimular aquel leve rubor en sus mejillas.


-Desde ahora todo será a mi manera y sin compadecerme- anteriormente en la bodega, se había dejado llevar por su deseo reprimido de ser tocada por Elisa aunque finalmente recordó quien debería dominar a quien. Por un momento le parecía bueno tener una habitación absurdamente grande con una cama matrimonial, dado que no compartía esa habitación con nadie más pero ahora había hecho que Elisa fuera esa compañera que nunca tuvo y por la cama era más que obvio que dormirían juntas. Rebecca solamente se encontraba sentada en la orilla de la cama, pensando si dormirían juntas o le ordenaría dormir en un futón, que con la alfombra tan fina que poseía esa habitación aquello no era exactamente una tortura; al cabo de unos minutos recordó que tenia tarea y solo había salido a dar un paseo rápido. Buscando en su mochila encontró la carta que había recibido o más bien encontrado en medio de la habitación esa mañana, un chico locamente enamorado de ella, uno de tantos chicos que harían hasta lo imposible por ser novios de Rebecca.

-Darius, Darius, eres todo un poeta pero careces de valor…que lastima, de habérmela entregado tu, tal vez solo tal vez estarías siendo mi novio ahora- se decía mientras volvía a meter la carta en el sobre y la ponía en una caja que contenía las demás cartas que habían sido enviadas o dadas por varios chicos, se aburría de solo ver esa caja, dejo de sentir emoción al recibir una carta desde que recibía al menos dos por semana, a menos que la persona le gustara Rebecca no sentiría ninguna emoción solo curiosidad por saber que le habrían escrito esta vez… guardando la caja con las cartas para disponerse a hacer tarea, no era mucha pero aunque no le gustara la materia, no tenia opción si deseaba pasarla, recostada en su cama haciendo tarea mientras oía operas, selectas ya que solo algunas llamaban su atención, composiciones de todo tipo junto con aquellos covers de guitarra, piano o violín que tanto le encantaba oír pero que no implicaran voz o si lo hacían que fuera melodiosa como en una ópera, esa imagen era la digna de una señorita de su clase, no la de estar saliendo a hurtadillas de una bodega.

Pasaban las horas, lentas para la chica de cabellos castaños y eternas para la de cabellos oscuros, una quería acabar lo más pronto posible con aquella tediosa tarea de ciencias mientras que la otra no esperaba el momento de ir a su tortura, aunque Elisa solo ha conocido a la Rebecca insaciable en la cama pero el convivir con ella la haría verla de otra forma.
-Al fin~ ¡acabe!- recostándose boca arriba con los brazos extendidos sobre la cama mientras su laptop reproducía la melodía Requiem de Mozart, la uso como MP3 ya que su tarea era a mano, esa melodía la adormecía en las partes lentas y la hacía sentirse viva en las partes rápidas o simplemente no tan lentas, las melodías de Mozart sacaban su ego de alguna manera, oírlas le causaba la sensación de tener miles de sirvientes a su merced. Termino cerrando los ojos, estaba relajada cuando su burbuja de mundo perfecto se rompió al oír que alguien tocaba a la puerta, no fue mucha sorpresa al ver a su víctima con sus maletas frente a su habitación, la hizo pasar y dejo que acomodara sus cosas mientras iba a dar un paseo, el que siempre iba a dar al invernadero después de acabar su tarea solo si le quedaba suficiente tiempo antes del toque de queda.

La menor se encontraba ahora en la inmensa habitación de su ahora ama, estaba desempacando cuando se percato de que Rebecca dejo su laptop prendida o mejor dicho empezó a oír la música que esta estaba escuchando, no le disgustaba pero la dejaba pensando.

-Una chica como Rebecca ¿escuchando música clásica?- desempacando empezó a creer que tal vez solo era para concentrarse más en su tarea, dedujo esto al ver las libretas y libros en su cama pero al final todo la conducía a que ella pertenecía a esa clase social. Se dejo de dudas ocasionales y acelero un poco en desempacar, mañana mismo tenía que haber enviado ya una carta a sus padres al igual que haber inventado el cómo se gano aquella beca.

Acabo de desempacar cuando escucho que alguien tocaba a la puerta, por educación y curiosidad abrió encontrándose con un chico ni alto ni bajo de una piel aparentemente suave, ojos oscuros como su cabello que era corto y estaba peinado perfectamente hacia atrás.

-Uh…pensaba que la señorita Edwidge no tenia compañera de habitación o… ¿acaso me he equivocado de habitación?- pregunto un poco confundido el chico, tenía la mano en la nuca.

-No, estas bien, hoy me he convertido en su compañera pero ella salió, en verdad no se a donde- quería que se fuera, la intimidaba un poco que aquel chico fuera algo apuesto.

-Por cierto no recuerdo haberte visto antes ¿eres nueva?- seguía en ese tono tan relajado y grave que ponía nerviosa a Elisa.

-Si…yo bueno…gracias a una beca es que estoy acá- ruborizándose un poco al admitirlo.

-¡Oh! Tu eres la becada de aquel promedio increíble, mucho gusto, soy Edmond, Darius Edmond y ¿con quién tengo el placer?- bajando la mano de su nuca y ofreciéndosela.

-Azard, Elisa Azard, mucho gusto- estrechando la mano de Darius.

-No sabía que eras de tercer semestre-

-Bueno, en realidad soy de primero pero la señorita Edwidge me ofreció el ser su compañera de habitación- estaba diciendo la verdad pero desde otra manera, así que no le estaba mintiendo del todo al apuesto chico.

-Valla, bueno solo venia a preguntarle algo a Rebecca, dile que vine por favor... por cierto, cualquier problema que tengas, puedes contar conmigo- guiñándole un ojo y apuntándose con el pulgar, Elisa solo asintió con la cabeza y observaba como Darius se iba, sus ojos color miel se iluminaron al saber que había conocido por fin a una persona amable y que resultara ser un chico tan apuesto, ese brillo se esfumaría pronto…

-¿Ah?- Elisa quería seguir viendo a Darius hasta que se perdiera por la distancia así que alcanzo a ver que se topo en el camino con Rebecca, entablaron una conversación un tanto rápida que termino en un chico yéndose cabizbajo hacia su dormitorio y en una chica aproximándose con aires de superioridad.

-¿Qué haces en la puerta?-

-Ah, solo me despedía del joven Edmond el cual veo la encontró a tiempo, vino buscándola-

-Sí, justo a tiempo para oír el rechazo-

-¿A qué se refiere?-

-Se me ha declarado pero por ahora no me interesa tener novio…- Rebecca entro en la habitación junto con Elisa, cerrando la puerta tras ellas relamió sus labios mientras veía a Elisa –por ahora solo me interesas…tú- dijo acariciando el rostro y apagando el brillo de los ojos de la menor, le había gustado Darius.

-Noto que aquel brillo que tenías hace unos momentos se ha desvanecido, es que ¿acaso te atrae Darius?- Rebecca estaba jugando con el cabello lacio y no muy largo de Elisa.

-Algo así…me trato muy bien-

-Así es Edmond- sentencio tantas cosas en esa pequeña frase, Elisa poso su mirada en el suelo, era evidente que solo me trato así por educación y no por que en verdad se sintiera diferente conmigo
-Lamento decepcionarte pequeña, por ahora todo lo que puedes hacer es dormir- realmente estaba satisfecha de verla decepcionada, al final de su oración tenía una cínica sonrisa dibujada en los labios.

-Si…- pronuncio sin ánimo alguno -¿Dónde dormiré?-

-Lo estuve meditando y como solo hay una cama en esta habitación, espero hayas traído un futón por que hasta que no cambie de opinión dormirás en uno, pero no es tan malo, la alfombra es suave por si no has traído uno-

-Traje uno- ya había previsto que tal vez no la dejaría dormir con ella las primeras semanas.

-Bien, pues acomódate y bienvenida- dio media vuelta dirigiéndose a su cama y a ponerse el pijama para dormir dejando ahí parada a la otra pensando, ¿a que le estaba dando la bienvenida exactamente? Ya tenía una semana en la escuela, no podía ser a eso ¿acaso seria la bienvenida a su territorio? Y ¿Por qué se había mostrado tan normal después de haber rechazado a un chico apuesto hace unos minutos? Su mente solo formulaba pregunta tras pregunta sin darles respuesta pero confiaba en que las resolvería conforme avanzaran los días junto a aquella adolecente caprichosa, ya la había denominado con ese nombre.

Se acomodaba en el futón, un poco lejos de la cama por si a la otra se le olvidaba que tenía compañera, no la pisara al bajar. Ambas chicas tratando de conciliar el sueño por diferentes métodos pero al final con un buen resultado: lograron dormirse o eso parecía, Elisa aún seguía pensando en que le escribiría a sus padres en aquella carta…

02.Rencores del pasados: are que sufras como yo.

Elisa dejo su recorrido y regreso a donde le habían dicho, efectivamente ahí estaba la chica esperándola. Fue a la puerta de la bodega rápidamente para evitar preguntas por si alguien se acercaba.

-Viniste después de todo- cruzada de brazos.

-Sí, hicimos un trato ¿no?- trato de no parecer asustada.

-Que linda, hace mucho que no pruebo el cuerpo de una virgen- sonriendo lujuriosamente, daba marcha al “trato” que comenzó a desear más el cuerpo de su víctima acorralando a Elisa nuevamente contra la pared, besándola con dulzura y aflojando su uniforme para despojarla de todo lo que traía puesto, pareciera que enloquecería solo por el roce de sus labios, en verdad le gustaba la chica que no sabría hasta donde llegaría. La bodega era “especial” ya que se guardaban medicinas y tenían los colchones de las clases de deportes, Rebecca tenia previamente preparado un afrodisiaco liquido, preparaba uno todos los días, prevenía, dio final al beso y ordeno que se desvistiera quedándose en ropa interior mientras iba por el afrodisiaco pero pareciera que aquella chica no tenía la más mínima intención de escapar pero solo era por la beca, estaba asustada y sabía que estaba a punto de experimentar su primera vez con una chica, sin más pensaba en todo eso desvistiéndose cuando ve que regresa y le ordena nuevamente que tome lo que había en la botella, estaba a la mitad, era una botella de medio litro, no estaba llena, los afrodisiacos que preparaba eran potentes, no quería volver a una virgen una torpe necesitada de caricias, besos y adicta sexual por unas horas solamente.

-Deja un poco, no te lo tomes todo- fue consciente de que le aria efecto al instante y más fuerte de lo normal, tomando en cuenta su apariencia, Elisa no replico y tomo de la botella el liquido sabor fresa.

-Pero que lencería más sexy utilizas- observando y desnudándola con la mirada.

-Me siento algo rara- su cuerpo estaba poniéndose caliente, su rostro se sonrojaba, sus piernas temblaban un poco involuntariamente necesitando rozar su entre pierna.

-Fue más rápido de lo que creí- la llevo a un colchón que estaba más al fondo, se abalanzo sobre ella, besando su cuello y acariciando su vientre, bajo hacia sus pechos con la lengua y quitando el sujetador se dispuso a lamerlos y jugar con ellos causando que aquella chica se retorciera, el afrodisiaco estaba por todo su cuerpo, necesitaba caricias más intensas, necesitaba tocarla también, no sabía que le ocurría pero no soporto y acariciaba el trasero de Rebecca la cual se percato de que era hora de subir la intensidad, la abrazo y susurrándole al oído “te are sentir en el cielo pequeña~” bajo rápidamente su mano hacia la entrepierna de Elisa penetrando directamente con dos dedos mientras que se estimulaba sola con la pierna de Elisa la cual ya estaba muy mojada y pareciera que le encantaba sentir el sexo y fluidos de su “violadora” en su pierna, Rebecca aumentaba la intensidad abajo y lamiendo su cuello, sus pechos, su vientre, todo su cuerpo haciendo que la otra moviera su pierna involuntariamente por las caricias estimulando el sexo de la otra aunque fuera por encima de la ropa interior.

-¡M…mas! ¡¡Más rápido y...d…duro!!- suplicaba entre gemidos la pequeña de cabello oscuro, Rebecca estaba totalmente extasiada de oír aquellas palabras así que hizo lo que quería aunque…

-¡Haa! Eso…duele Rebecca- pero al decirlo una gran sonrisa se dibujaba en su rostro y termino teniendo un orgasmo, le encantaba, le gustaba que doliera, el dolor la excitaba más, Rebecca al sentir sus fluidos salir no respondió y mordía su cuello, mordía su cuerpo como marcando lo que era suyo y no pretendía compartir con nadie más al darse cuenta que le gustaba el dolor, estaba enloqueciendo a la pequeña Elisa con esas caricias que la hacían gemir sonora y desenfrenadamente, repetía “Más, más, Rebecca, dame más” era música para la mayor el oír su nombre entre suplicas pero la dejo deseosa, paro antes de que acabara por segunda vez sentándose en el colchón y viendo como respiraba agitadamente el sudoroso y mojado cuerpo de su víctima.

-Ya disfrutaste, fui gentil contigo pero ahora yo quiero que me hagas gozar pequeña- indicándole con un dedo que viniera, la tenía con piernas y manos en el colchón viéndola, esperando acatar sus ordenes, acaricio su cabello y dándole un beso fugaz ordeno que hiciera lo que le plazca con su cuerpo, le daría el privilegio de disponer de su cuerpo, la dueña se volvió el juguete de su juguete.

Elisa la veía, le quito la ropa y observaba el cuerpo que tenía enfrente, le sorprendía el tamaño de sus pechos, eran perfectos, ni muy grandes ni muy chicos, perfectos y listos para devorar.

Rebecca nunca había estado antes a merced total de uno de sus “juguetes”, siempre les ordenaba lo que debían de hacer y cómo debían tocarla y en caso de hacer algo mal serian sancionadas, era cierto que solo usaba mujeres para placeres prohibidos, las veía más fáciles de manipular que el manipular a un hombre. Ella no eligió a Elisa solo al azar ni el destino, vivían en el mismo vecindario hace unos años cuando cursaba segundo grado de secundaria y Elisa el primer grado, la observaba de lejos y la quería en secreto, solo una vez se toparon frente a frente pero no se dijeron nada, el tiempo paso y nunca pudo hablarle; tercero de secundaria y se había vuelto una arpía con los demás y fijaba sus lujuriosas manos en las chicas más lindas de su clase y la escuela, había “violado” a más de una chica en la secundaria, solo lo hizo para armarse de valor, si podía “violar” a una chica que encontrara casualmente en un lugar solitario ¿Por qué no podría simplemente hablarle a la chica que en verdad le gustaba? Efectivamente el saciar deseos con inocentes chicas y hablarle a la persona de la que gustas, son cosas muy diferentes.

Sus recuerdos y la realidad no parecían concuerdar del todo, ya había logrado hablarle, tocarla pero no confesarse ¿aun siente algo por ella? O ¿es venganza del nunca haber podido hablarle?, fuera lo que fuera no se dejaba ver débil ante la persona que tenía enfrente, de nuevo hundida en recuerdos, la amaba inocentemente hasta que fue descubriendo los “placeres de la vida” y se tocaba imaginando que Elisa lo hacía e incluso cuando se le dio una segunda oportunidad siendo su “guía” en un evento escolar simplemente no pudo decir gran cosa, tartamudeaba demasiado y los “lindos” comentarios de la menor hacia ella la ruborizaban.

-Te ves linda con el uniforme- sonreía dulcemente

-Gracias…- como pudo la mayor respondió y la guiaba por donde le correspondía, a cada cosa que pasaba la menor pareciera que coqueteaba con ella, la tomaba de la mano y le esbozaba una gran sonrisa a cada mirada que amabas se daban a la vez, Rebecca pensaba que podría ser su oportunidad, que esta segunda oportunidad la aprovecharía sin embargo…al termino del tour Elisa solo se despidió amablemente sin la menor importancia en pedirle su número, mail o alguna cosa el cómo seguir en contacto, evidentemente Rebecca de deprimió y quedo ese rencor en su corazón, fue creciendo sin darse cuenta hasta convertirse en la arpía que era ahora.

La pequeña extasiada del momento decidió comenzar probando los pechos de la castaña, no sabía qué hacer, así que lamia algo apenada y mordía en momentos, esas débiles mordiditas en los pechos hacían gemir a la superior porque no estaba acostumbrada a mordidas que no fueran más que en el cuello. Sus recuerdos la hicieron sacar una lágrima de la que su acompañante no se percato pero aun así, disimulaba el estar recordando tales cosas.

-Deseo que me toques- dirigió la mano de aquella extasiada chica hacia su caliente sexo.

-Esta algo…caliente- inocentemente dio su comentario al sentir el mojado y caliente sexo de Rebecca por sobre la ropa interior, nunca se había tocado a ella misma por eso le pareció extraño.

-Está caliente por ti, quiere que lo mimes salvajemente- seduciéndola con la voz y un rostro sonrojado que excitaba más a Elisa la cual empezó acariciando lentamente sobre la ropa interior para luego quitársela y empezar a penetrar con unos cuantos dedos tratando de hallar el punto perfecto en donde debería estimular a su “ama”, podía oír sus gemidos pero sin mucho éxito hasta que empezó a hacerlo fuertemente pero tratando de no lastimarla, se oían más intensos aquellos gemidos pero al tocar cierto punto Rebecca no pudo evitar soltar el gemido más placentero de su vida.

-Con que acá te gusta…- con ese tipo de caricias aunque intensas sabía que no lograría hacerla acabar pronto, trago saliva y se acerco al oído de la superior

-Disculpa lo que estoy a punto de hacer pero estoy segura de que te encantara~- dio un pequeño mordisco al lóbulo de la oreja, recostándola y bajando sigilosamente, Rebecca solo podía sentir su respiración que pasaba por todo su cuerpo, un escalofrió la recorrió de pies a cabeza al sentirla cerca de su intimidad, guardo silencio y espero a que la otra actuara.

-Nunca he hecho esto antes pero…- se aventuro a lamer el punto que proporcionaba más placer a su violadora, lamia como si fuera un dulce, besaba con delicadeza, parecía una experta del oral, penetraba aquel lugar con su lengua, haciendo un poco de ruido por los fluidos pero era opacado por los gritos, gemidos y jadeos de Rebecca, estaba enloqueciendo con esas caricias, había hecho que más de una le aplicara orales pero todas eran demasiado torpes que apenas lograban hacerlo bien como para que se disfrutara un poco pero Elisa, Elisa le provocaba sensaciones que nunca pensó experimentar en un acto sin amor y únicamente llevado a cabo por el deseo.

-Eres toda una experta- alcanzo a decir Rebecca la cual estaba aferrada fuertemente al colchón, no recordaba cuando fue la última vez que le habían hecho sentir tan bien, ni ella misma poseía juguete sexual que le proporcionara caricias similares a las de ahora pero estaba dejando que esa pequeña “traidora” tomara demasiado las riendas del asunto, saco fuerzas para aferrarse a la espalda de la menor, acariciándola y rasguñando un poco , bajo la mirada que tenia posada en el techo para ver el rostro de Elisa, era una imagen totalmente sexy, la persona que había amado en secreto durante años se encontraba lamiendo satisfactoriamente su intimidad, esta imagen la hizo llegar al clímax mojando el rostro de la pequeña el cual se levanto y la vio a la cara.

-Me encanta esa imagen de ti, no te muevas- Rebecca sacando una cámara para tomar una fotografía, desnuda y mojada con sus fluidos.

-Uh…no creo que sea buena idea tomar fotos- en un tono muy nervioso alcanzó a decir.

-Descuida, de mi no saldrán. Ahora posa para mí- Había dado tiempo de ser la victima ahora la trataría como el juguete que tenía en mente desde el principio. Elisa obedecía y posaba como se le pedía mientras era fotografiada.

-Bésame, muérdeme el cuello y lame mi intimidad- Ordenando una secuencia ruborizando a su compañera; fotografiaba miles de prospectivas besándose, tocándose, mordiéndose y al final lo que más deseaba y curiosamente tampoco se negó a esas fotografías.

-Eres una chica muy obediente, me calientas demasiado, pero, esto aun está comenzando- besando la mejilla de la otra –vístete, te espero en la noche, habitación 204, tu nueva habitación- fríamente arreglándose el uniforme.

-Pero ya me han asignado y es el 78, los doscientos para arriba solo son de tercer semestre y yo apenas voy en primero-

-No importa, esa será tu nueva habitación y nadie podrá decir nada al respecto- ajustándose la corbata aun en su tono frio y semblante serio.

-Está bien señorita Edwidge- temerosa al responder pero también ajustándose la corbata. Se aseguraron de que nadie pasara por ahí para salir rápidamente de la bodega.

-Mañana por la mañana ten por seguro que tendrás esa beca del 100%, claro, siempre y cuando sigas siendo mi juguetito- soltando una risa traviesa al final de la oración.

-Bueno…hasta luego- dando media vuelta y dirigiendo a hacer sus maletas para cambiarse de habitación, una vez que estaba lejos Rebecca se dirigía a la suya manteniendo una plática con ella misma.

-Sigues siendo la misma malagradecida de hace dos años…- al notar que no dijo nada como “me ha gustado” “espero repetirlo pronto” tal vez un sonrojo pero ¡NADA!

-Ya are que me supliques por más…me amaras, te enamoraras de mi y lo mantendrás en secreto, así como yo hice contigo…- volviendo su mano en puño y apretando con fuerza.

-Desearas nunca haber conocido los placeres prohibidos de la vida junto a mi- si tan solo se hubiera sonrojado un poco al despedirse Rebecca no estaría planeando todo eso, en verdad quería venganza por aquellos sentimientos no correspondidos en el pasado.

01.Negociando con la señorita Edwidge.

Un instituto de millonarios, un 6% de alumnos becados y la mayoría victima de la más cruel chica que pudiera estudiar en aquella institución.

Rebecca Ewidge, la alumna más caprichosa y mimada que el instituto “Edwidge Institute” podía tener, de cabello castaño, ojos claros y una buena figura, siendo de su familia la institución, podía hacer casi cualquier cosa sin recibir castigo. Había “jugado” con más de un alumno, se había aburrido de sus “juguetes” y decidió ir en busca de uno nuevo, recorriendo los pasillos no encontraba alguno que la atrajera para lo que deseaba; los usaba para hacer sus tareas, ordenar su habitación, mandar recados, ir a sacar libros a la biblioteca, pareciera que tenia uno para cada capricho excepto para uno…pero cambio con la llegada de Elisa Azard.

Elisa Azard, una chica de cabello oscuro y ojos claros e igual de buena figura, podrá sonar a otra alumna rica del lugar, pero lo único que tiene de “rico” es su apellido, su familia estaba pasando dificultades pero pudo conseguir una beca del 90% en esa escuela, solo estaría un semestre por que no tenían para el pago de los demás… Elisa deseaba mucho superarse en ese instituto y sacar adelante a su familia pero ¿Cómo? Si no tenían dinero, la respuesta a sus problemas apareció cuando conoció a la señorita Edwidge en un encuentro casual en el baño.

Una tarde en que Elisa caminaba por los pasillos, explorando su nueva escuela nunca se imagino que ese paseo seria el que cambiaría su vida mientras este en ese instituto.

-Sí que es grande- caminando sin rumbo entre los pasillos.

-Me pregunto cómo serán los baños- noto que estaba cerca de uno y decidió entrar pero estaba distraída de lo que hacía que cuando entro choco con alguien que al parecer iba de salida.

-¡Disculpa!- dice la chica de cabellos oscuros sin ver con quien había chocado.

-…- la chica con la que choco se quedo viéndola, analizándola -¿eres la nueva?-

-Si…- se limito a dar una respuesta corta y precisa para evitar conflictos en sus primeros días, después de todo en ese tipo de lugares los que tienen dinero siempre ganan.

-Me sorprendes…nadie había ganado una beca del 90% en esta escuela- seguía sin revelar quién era.

-Aunque desearía que fuera completa…- con la vista baja respondió sin darse cuenta.

-¿Por qué? No es tan cara la colegiatura si solo pagas el 10%- mientras salían para hablar mejor en el pasillo.

-Mi familia no es de quien le sobre para pagar tanto…para nosotros es mucho- estaba dando demasiada información a la persona menos indicada. Hubo silencio hasta que…

-Podría hacer que fuera completa…- una pequeña sonrisa de diversión se dibujo en su rostro.

Elisa la veía escéptica, no podía creer en lo más mínimo que una alumna que apenas acababa de conocer le ofreciera eso ¿le daría dinero?, ¿Se lo pagaría?, ¿Qué sería? -¿Cómo?-

-Acepta ser mi juguete personal e incondicional y después negociaremos tu beca- la sonrisa se torno algo malvada.

-¿Disculpa?- se ofendió un poco, pues sabía que tarde o temprano algún rico la trataría así pero no lo esperaba de alguien que decidió entablar una conversación con ella.

-Parece que no sabes con quien estás hablando…-

-Realmente quisiera saberlo-

-Bien, me presentare- la chica de cabellos claros la vio fijamente y dijo: -Rebecca…Rebecca Edwidge- sin una palabra más, sin una palabra menos dejo paralizada a Elisa.

-Entonces eres… ¿la hija del director y fundador de la escuela, el señor Misael Edwidge?- se sentía muy nerviosa al saber con quien estuvo negociando esos minutos, una palabra de más y podría conllevarla a la expulsión.

-Exactamente, y bien ¿aceptas mi oferta señorita Azard?-

-¿Cómo sabes mi apellido?-

-Investigue tu expediente, hago eso con todos los becados que suenan interesantes- Elisa no sabía si sentirse alagada o sentir miedo, se quedo pensando, ella podía ser su pase a quedarse en esa escuela sin tener que pagar un solo centavo.

-En caso de que acepte y después de cierto tiempo decida arrepentirme… ¿sería capaz de hacer que me expulsen?- ese era el único temor de Elisa.

-No pero no prometo que tu estadía sea muy placentera-

Elisa trago saliva y dijo en un tono serio mientras la veía escondiendo el temor a la respuesta -¿Qué deseas que haga?-

-Como he dicho…mi juguete...eres muy linda y te quiero en mi colección- entrecerrando los ojos y acariciando su mejilla bajando hasta sus labios con el dedo anular, Elisa trago saliva nuevamente y respondió –Acepto- en un tono seco, ese que se escucha cuando sabe que se arrepentirá muy pronto.

-Perfecto-

-Pero ¿en qué consiste exactamente ser su “juguete”?- había aceptado algo sin saber lo que tenía que hacer, grave error.

-Ya lo veras muy pronto pequeña, una mínima demostración seria esto…- la acorralo en una esquina solitaria, acariciando su rostro, sonriendo. Se acerco lentamente para besarla dejando inmóvil a la pequeña. Rebecca acariciaba sus piernas mientras intensificaba la pasión en el beso.

-Eso es solo el principio- relamiendo sus labios, eso hace cuando se siente muy segura y algo le gusta.

No recibió respuesta pues no era necesaria, después de todo estaba dándole una idea de lo que vendría después.

-Si quieres, termina tu recorrido pero quiero verte afuera de esa bodega en dos horas- apuntando una bodega que casualmente estaba cerca.

Nuevamente sin respuesta solo asintió con la cabeza y fue a explorar un poco más la escuela, ahora al menos tenía en que pensar.

-Que encantadora, sabe que no puede negarse- Ahora sabe que sin esa beca del 100% era probable que no durara mucho tiempo en esa escuela pero Rebecca haría lo posible por que se quedara después de todo al verla en el expediente se le hacía familiar, le recordaba a alguien aunque solo pudo ver su apellido, el nombre estaba tapado y no podía mover los papeles si no su padre se daría cuenta de que estuvo revisando y casualmente solo expedientes de chicas eran los que revisaba, no quería levantas sospechas.

-Al menos es mujer… no quisiera estar comprometida en este tipo de situación con un hombre- nerviosa caminaba por los pasillos esperando a que pasaran las dos horas y volver a lo que parecería un camino sin retorno.

En verdad le esperaban muchas cosas a Elisa desde ese encuentro, que el pagar un 10% hubiera sido la mejor elección…

Emblema de la escuela


Hecho en illistrator CS5, coloreado y efectos en photoshop.
Por Hitomi Z. Gasai.

-*Resumen*-


Titulo:
Juguete de placeres prohibidos.
Genero(s): yuri, romántico, escolar, drama.
Autora: Hitomi Z. Gasai (C.L. M.B.)
ADVERTENCIAS:
Esta historia contiene lemon ósea descripción explicita de escenas sexuales.
Yuri viene siendo relaciones lesvicas...
Resumen:
Elisa Azard es una alumna becada en el instituto "Edwidge" pero proviene de una familia que no es capaz de pagar lo que se pide ya que su beca es de un 90%, estaba dispuesta a cualquier cosa por lograr una del 100%, pareciera que el destino le dio su oportunidad conociendo a Rebecca Edwidge, la hija del director.

¿Aprovechara la oportunidad o la dejara ir? su cuerpo virginal es lo que Rebecca desea y lo que ella entregaría en caso de aceptar "jugar" con Rebecca cada que esta lo desee...

A las dos les parecía haberse visto antes ya pero de seguro solo era su imaginación o ¿acaso en verdad se conocian de antes?

Personaje: Iris Blair

Nombre: Iris Blair
Edad: 15
Papel que ocupa: Secundario
Primera aparición: Cuarto capitulo
Fecha de nacimiento: 25 de octubre
Signo: Escorpio
Color de ojos: Violeta
Color de cabello: Rojizo oscuro
Estilo de cabello: Muy lacio y corto un poco arriba de los hombros
Estatura: 1.55 mts.

Descripción:

De carácter fuerte, poco femenina y le da igual si esta acompañada o sola. Detesta las traiciones por lo cual no es de dar su confianza rápidamente. No teme a nuevas experiencias.
Ni ella misma sabe que es lo que tiene que tiene a tantas chicas y chicos detrás de ella, que hasta tiene un club de fans.
Siempre usa una corbata mayormente de cuadros como la que llevaba el instanteen el que conoció a Elisa, botines, un collar de tela negro con encaje y una pequeña cadena colgando del lado izquierdo de esta. A pesar de ser algo rebelde mantiene unas buenas calificaciones y promedio admirable.
No le interesan los hombres, solo chicas, para hacerlas sus acompañantes, en escasas ocasiones pareja o simplemente llevársela a la cama si esta se deja atrapar en sus redes. As u parecer ese tipo de chicas no lo valen demasiado si se deja en la primera cita pero de igual manera lo disfruta.

Creció en un ambiente de busca pleitos y problemas, lo cual formo su carácter. Aunque viene de una familia rica como la mayoría en esa escuela, sus padres la descuidaron pensando que con llenarla de cosas estaría todo resuelto y la educación que tiene fue dada por su ama de llaves, la cual aun trabaja para su familia haciéndose cargo de la casa y de Iris de vez en cuando.

Ella ha estudiado desde primaria en el instituto Edwidge, es por eso que a pesar de ser de primer semestre es tan conocida.

Personaje: Darius Edmond

Nombre: Darius Edmond
Edad: 16
Papel que ocupa: Secundario
Primera aparición: Tercer capitulo
Fecha de nacimiento: 15 de junio
Signo: Géminis
Color de ojos: Azul oscuro
Color de cabello: Negro
Estilo de cabello: Lacio y corto hasta la nuca
Altura: 1.63 mts.

Descripción:

Es el tipo de chico que se basa en apariencias, dispuesto a muchas cosas por conseguir sus objetivos. No discrimina clases sociales para amistades pero para pareja el no acepta alguien de una clase socio-económica más baja que la de el. A pesar de aquello es muy caballeroso y educado.
El cree en el amor cuando solo el esta enamorado de la persona, cuando se le declaran es como si no creyera en nada de eso, protege demasiado a las personas que aprecia y al único al que le da su verdadera confianza es su mejor amigo y compañero de habitación desde que entro en el instituto.
Suele siempre vestir formal sin llegar a parecer mayor, no es de usar accesorios y lo que más le gusta es usar sacos de vestir.

Desde pequeño esta en el instituto Edwidge pero conoció a Rebecca hasta preparatoria, ya que ella no estudio en el instituto que fundaron sus padres hasta la preparatoria.

Personaje: Elisa Azard

Nombre: Elisa Azard
Edad: 15
Papel que ocupa: Protagonista
Primera aparición: Primer capitulo
Fecha de nacimiento: 3 de septiembre
Signo: Virgo
Color de ojos: Café claro
Color de cabello: Café oscuro
Estilo de cabello: Lacio y largo debajo de los hombros
Estatura: 1.50 mts.


Descripción:

Una chica muy inteligente, sencilla y sumisa. Cuando una oportunidad se le presenta analiza la situación antes de aceptarla o rechazarla. Tímida ante una persona que no conoce.
El tipo de persona que mayormente pone en prioridad a otras antes que a ella, pero que al final de cuentas la lleve a su propia satisfacción.
Las mentiras no se le dan mucho, pero cuando en verdad hacen falta lo logra pero no puede evitar el ponerse nerviosa.
Educada y decidida.
Sabe como conservar una amistad pero cuando se enamora es menos dócil y sumisa, aunque es una chica muy fácil de convencer.
Siempre usa pantalones, rara la vez que lleva una falda aunque no le desagradan, simplemente prefiere los pantalones; no usa escotes y mayormente viste con colores oscuros no muy llamativos, le gustan mucho las pulceras pequeñas y las prendas de manga larga.

Decidió aceptar la beca en el instituto Edwidge para que al graduarse pudiera buscar un buen empleo y así sacar adelante a su familia, no son pobres pero viven en unas condiciones algo bajas.
Si te gusta el yuri y más con lemon, romance y drama, deves seguir esta historia.


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